thumb do blog Renato Cardoso
thumb do blog Renato Cardoso

INTENTE UN POCO MENOS

Cuando era niño, seguramente sus padres le decían que estudiara, que se recibiera, que tuviera dinero, que viajara y demás. Esto crea en el ser humano una preocupación desenfrenada por las cosas de esta vida. Pero pruebe hacer eso un poco menos y vea los impresionantes resultados

Frecuentemente, se nos presentan noticias de una muerte inesperada e incluso muchas veces innecesaria (alguien que murió en un accidente, que murió en el auge de su vida, o que se suicidó). Hablaremos sobre esto, pero me gustaría hablar sobre la parábola del sembrador.

El Señor Jesús contó esa historia para ilustrar lo que sucede con Su Palabra en este mundo. Me enfocaré en la tercera semilla, que es la que cayó entre los espinos. Cuando se desarrollaba, los espinos la sofocaban, entonces no creció. El Señor Jesús explicó lo que significaba esta semilla: «El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la Palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra, y se hace infructuosa», Mateo 13:22.

Entonces la Palabra de Dios les llega a todos. Y una parte de esas personas la recibe en el corazón y simpatizan con la Biblia. Sin embargo, todo lo que dice respecto a la supervivencia de esta vida es la preocupación de este mundo. Es decir, usted debe trabajar. Y, en la búsqueda por el trabajo, el padre y la madre le dicen al niño que debe estudiar, porque debe estar preparado para ganar dinero, tener comodidades, una vida mejor. No digo que eso esté mal, sino que las preocupaciones de la vida pueden perjudicar a las personas.

Y ahí están las relaciones. Cuando las personas se enamoran parece que sus vidas se detienen. Solo observan al otro. También se preocupan por sus familias y, cuando llega el fin de semana largo: «Escuché que tal lugar está entre los 10 primeros de Brasil, vamos hasta allí». Todas las preocupaciones de esta vida llenan la agenda de las personas.

Pero no termina allí. Tiene redes sociales, fotografía la comida, la cama, la mascota, el auto, todo. Busca los likes, los comentarios. Todo esto forma parte de las «preocupaciones de este mundo».

Y llega la pregunta: «¿Por qué la Palabra de Dios no entra en mi vida? Voy a la iglesia, escucho los mensajes y lo disfruto, pero después no veo fruto de eso en mi vida». Esto es porque los «espinos» sofocan la Palabra. Usted no tiene tiempo para pensar en la Palabra. Y llega la seducción por las riquezas. Todo está programado para lo «deseable». Ve una propaganda en la televisión y piensa: «Quisiera tener la vida de esa persona». Entonces se dirige a una tienda y compra el producto de la propaganda (endeudándose con la tarjeta de crédito). Es un enganche que lo seduce para que tenga algo que satisfará su corazón. ¿Y que sucede con la Palabra de Dios? Se sofoca, no da frutos.

¿Qué haremos? No dejaremos de vivir en este mundo. Debemos trabajar y hacer las cosas. Pero con menos preocupaciones, menos ansiedad, menos envidia, menos comparaciones, menos importancia en lo que no es tan importante.

Si usted dice que la Palabra de Dios es importante, entonces viva de esa manera, practíquela.
Póngala en la cima de sus prioridades. Comience el día con la lectura de la Biblia. Ponga la Palabra de Dios por encima de las malas noticias. Diríjase a la casa de Dios. Deje de excusarse por no despertar, podrá ser demasiado tarde.

Medite sobre esto y vea el siguiente video.

imagem do author
Colaborador

Obispo Renato Cardoso