TODO EL MUNDO QUIERE SER SUPERIOR
Siga el ejemplo del Señor Jesús, sirva a su prójimo y, de esta manera, sin intención, ¡será superior!
Porque las personas no logran entenderse, tener armonía ni paz consigo mismas. Usted puede ver que la discordia es lo que impera en el mundo. El mundo entero ve la enemistad entre palestinos e israelíes. Pero esto no sucede solo allí, se puede ver la enemistad en todas las partes del mundo. Ya sea entre ricos y pobres, blancos y negros, mujeres y hombres. Y muchos se benefician con esas enemistades. Si lo nota, muchos políticos ganan con esas enemistades para poder tener el voto de la gente. Sucede lo mismo en el hogar, los hijos de la misma madre y del mismo padre, muchas veces, no logran hablar la misma lengua. Marido y mujer, que dicen amarse, no pueden ponerse de acuerdo, a veces, sobre algo sencillo. ¿Por qué ocurre esto?
Uno de los grandes problemas detrás de todo esto es el deseo que tiene el ser humano de ser superior al otro. Y ese deseo es lo que hace que las personas discutan. ¿Recuerda a Caín y Abel? «Tú me haces quedar mal delante de Dios», sugería la actitud de Caín. Es decir, Caín culpaba a su hermano por haber actuado bien y no se culpaba a sí mismo por la falta de consideración hacia Dios.
¿Sabe cuántas mujeres y hombres se casan diciendo: «hombre/mujer no me dará órdenes»? Detrás de las sonrisas, del traje, del vestido de novia, de las fotos y todo el equipamiento de la fiesta, existe un pensamiento: «Tú no me darás órdenes». Y eso es motivo de divorcio: «incompatibilidad de caracteres». Y también ocurre esto en el trabajo. Las personas se sienten amenazadas: «No te enseñaré mi trabajo, porque Fulano tomará mi lugar», uno habla mal del otro.
Pero vea lo que sucede en la Divina Trinidad (Dios es uno, pero Se manifiesta en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo):
«Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho», Juan 14:26.
Dios quiere darle un obsequio: Él quiere habitar en usted y enseñarle todo. Si su interés es que el propio Dios lo instruya, está el Espíritu Santo, que es Dios queriendo habitar en usted.
«… Voy al Padre, ya que el Padre es mayor que Yo.» Juan 14:28
Esto es un misterio. En la Trinidad, el Padre le dio toda la autoridad al Hijo, ellos son tres, pero son uno. El Señor Jesús y el Espíritu Santo tienen la misma autoridad que el Dios Padre. Observe la armonía de la Trinidad. El Hijo dice: «el Padre es superior a Mí». No tengo ninguna ambición de ser mejor que el Padre», siendo que Jesús es igual al Padre. Por este motivo es que hay plena armonía. Usted no sabe dónde comienza ni dónde termina porque no hay disputa.
Cuando las personas desistan de esa idea inútil de querer ser superior al otro, esto terminará. Incluso habría disputas entre los discípulos para saber quién era mejor. El Señor Jesús debió lavar sus pies para mostrarles que, si alguien quería ser superior, debía ser inferior.
Deje esa búsqueda inútil de querer pisar a los demás. Tome el espíritu de siervo. Sirva a su marido, a su esposa, a sus hijos, a sus padres, a sus empleados, a sus clientes, a los extraños, a sus enemigos. Y será, sin intención, superior a todos ellos.
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