2 DIMENSIONES DE LA VIDA QUE DEBE CONOCER
No intente resolver en el campo físico lo que solo se resuelve en el campo espiritual. ¡Use la estrategia correcta!
Vivimos en varias dimensiones al mismo tiempo. Vivimos en la dimensión física (que es lo que vemos, lo que tocamos, lo que sentimos) y también en la dimensión espiritual. Existen también otras dimensiones, pero no me extenderé en eso.
Trataremos estas dos dimensiones: la física y la espiritual. Existen paralelamente, coexisten. Y el ser humano es la mayor prueba de eso, porque es materia y también espíritu.
¿Por qué es importante entender esto?
Porque hay problemas que existen en una dimensión, pero las personas intentan resolverlos en la otra.
Daré un ejemplo bíblico. La Palabra de Dios habla de un padre que fue a buscar ayuda de los discípulos del Señor Jesús, porque el hijo estaba perturbado.
«Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a Ti a mi hijo, que tiene un espíritu mudo. El cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a Tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron», Marcos 9:17-18.
Entonces, el Señor Jesús llamó al joven que cayó al suelo.
«Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.» Marcos 9:21-23
Aquí, el Señor Jesús mostró la superioridad de la dimensión de la fe. La fe es trascendente. Es decir que trasciende lo espiritual y también actúa en lo material. La fe todo lo puede. Es una herramienta espiritual.
Existe en la dimensión espiritual, pero también tiene supremacía en lo material.
Por este motivo, por ejemplo, quien practica la fe tiene más éxito en la salud. Incluso los médicos saben lo importante que es que el paciente crea en la cura para que el tratamiento dé resultado.
«E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.» Marcos 9:24
Es un poco contradictorio lo que dice. Pero es porque confundía creencia con deseo. Él quería que su hijo fuera liberado, pero estaba con el joven así desde hacía mucho tiempo (desde niño) habiendo perdido las esperanzas. Entonces había dudas. Mezclaba el deseo de ver bien a su hijo con las dudas sobre su posible recuperación.
Y hay muchas personas así: quieren creer, sin embargo, como sufren desde hace mucho tiempo, cuestionan. Pero el padre de aquel joven hizo un pedido inteligente: «ayuda mi incredulidad», y el Señor Jesús consideró la sinceridad de ese padre.
«Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió, y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó y se levantó.» Marcos 9:25-27
El joven tenía un problema físico. Además de convulsiones, desmayos, era sordomudo. Según los parámetros actuales, el joven sería considerado loco. Le darían remedios fuertes, lo internarían y se quedaría allí. Pero el problema de ese joven era espiritual. Expulsando el espíritu maligno de su vida, su hijo volvió a la normalidad. Podemos ver aquí cómo se cruzan las dos dimensiones (la física y la espiritual).
Usted debe tener una visión espiritual de la vida para no desperdiciar sus esfuerzos solo en la dimensión física. Quizás esté bajo tratamiento con medicamentos fuertes o se considere sin suerte en el amor porque no resultó con alguien. Entonces, debe entender que su problema puede tener origen en el campo espiritual y, de esta manera, todos sus esfuerzos en el campo físico fracasarán y el problema continuará.
Vea el mensaje completo en el siguiente video.