Quizás usted ya se hizo esta pregunta: «¿Por qué Dios permite el sufrimiento de personas inocentes, niños inocentes, a veces, personas que sufren o incluso que mueren de manera estúpida sin tener nada que ver con el problema que las golpeó? ¿Por qué Dios ve tanto mal en el mundo y permite que ande suelto y, de esta manera, cause tanto sufrimiento?».

Ahora bien, yo no escucho a nadie preguntando: «¿Por qué la persona más inocente sufrió una de las muertes más crueles en la cruz?».

No veo a nadie hacer esta pregunta, pero es la que tiene que ver con la primera, porque, si quiere saber el motivo por el cual Dios permite que los inocentes sufran, vayamos al más inocente de todos y al que más sufrió (tal vez, cuando usted ponga en la balanza el hecho de que Él no tenía ningún pecado y sufrió una de las muertes más violentas que un humano pueda sufrir).

Siendo Todopoderoso, Dios no detuvo el sufrimiento de Su propio Hijo.

Las personas no preguntan eso, pero, si lo hicieran, entenderían que la respuesta a las dos preguntas es la misma: el pecado del ser humano.

El pecado humano es lo que causa el sufrimiento en el mundo. Y, a causa del sufrimiento, Dios también sufre a causa del pecado. Él sufrió por someter a Su Hijo a la cruz para resolver el problema del pecado humano.

Entonces, vea: a través del sufrimiento del Hijo de Dios, entendemos que ni siquiera Dios puede librarse del sufrimiento.

Porque el sufrimiento es consecuencia de otra ley, que está vigente en la humanidad, que es la «ley de la libre elección», la «ley de la voluntad humana».

Dios creó al hombre dotado de voluntad propia. Entonces, el hombre sufre a causa de esa voluntad cuando esta se inclina hacia el mal.

Pensando más profundamente en esto, si el hombre no existiera, el diablo ya estaría solucionado (expulsado de la presencia de Dios y totalmente impotente para hacerle cualquier mal a Dios). El diablo solo logra llegar a Dios a través del hombre. ¿Cuándo llega el diablo al hombre? Cuando este somete su voluntad a él quitándola de la sumisión a Dios.

Sé que es mucha información para digerir. Pero es importante que razone pacientemente sobre esto.
Si Dios impidiera que las personas sufran, tendría que quitarles la voluntad. El ser humano ya no sería capaz de elegir lo que quisiera. Inmediatamente sería un robot. Entonces, ¿cuál sería la gloria de Dios si el ser humano fuera programado solo para obedecer?

Guarde esta lección: su voluntad es contra usted. Nosotros no sabemos querer.

A veces queremos cosas de manera egoísta, queremos cosas que nos dan placer al comienzo, pero después nos hacen mal.

Entonces, si usted quiere ser libre de sufrimiento, no debe culpar a Dios. Mírese a sí mismo. Tome su voluntad y sométala a la voluntad de Dios.

Vea el mensaje completo en el siguiente video y piense al respecto.