Anteriormente dije que, cuando el ser humano no cree en Dios, cree en cualquier cosa. Incluso yo viví eso. Recuerdo que crecí viendo a mi padre leyendo el periódico todas las mañanas y, en una familia en la que el tema de los signos era común, siempre veíamos en la página del horóscopo la predicción del día.

Hasta que en mi adolescencia tuve acceso a la Palabra de Dios, que me mostró que la astrología no era algo nuevo, sino que hace milenios que el hombre se volvía hacia los astros con el fin de buscar orientación para su vida. Por este motivo, Dios alertó al pueblo diciendo:

«Cuando entres a la tierra que el Señor, tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones el Señor, tu Dios echa estas naciones de delante de ti.» Deuteronomio 18:9-12

Sé que muchas personas quedan choqueadas cuando hablo sobre esto. Pero, en vez de sentir bronca, las personas deberían buscar más conocimiento de la Palabra de Dios y considerarla. Dios dice que esto es abominación. No es inteligente tomar decisiones en esta tierra según las posiciones de los astros.

Mi vida nunca cambió a causa de un horóscopo, pero, cuando conocí la Palabra de Dios, el Espíritu Santo vino sobre mí para guiarme. Por este motivo, haga de la Palabra de Dios su única fuente de dirección. Él lo creó a Su imagen y semejanza, no Lo insulte usando criaturas como símbolo de su vida.

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