Pensemos juntos en la Justicia Espiritual. ¿Qué es y por qué es importante que entienda sobre esto?

La Justicia Espiritual es perfecta porque tiene su origen en el Justo Juez, que es Dios. Es la única perfecta, porque, cuando hablamos de los tribunales de este mundo, hablamos de la caricatura de la verdadera Justicia. Desde el momento en que el ser humano se alejó de Dios, se alejó de la verdadera Justicia.

Y, para darse cuenta de esto, basta con ver lo que sale de los tribunales, los resultados. Por ejemplo: Usted vive durante años con una persona y esta lo traiciona. Después de muchos intentos, usted se da cuenta de que tendrá que divorciarse. Y esa persona quiere su parte del dinero. Entonces, van al tribunal. Después de un largo proceso, hay una conclusión. Y la Justicia intenta resolver ese daño, pero siempre hay problemas que derivan de eso.

Sin embargo, la Justicia Divina determina que ambos deben ser una sola carne hasta el final de la vida. Es necesario sacrificar la vida el uno por el otro. La mujer respeta al marido y lo ayuda. Y el marido también hace lo que es correcto ante Dios. La Justicia Divina determina lo que realmente beneficiará a ambas partes.

Y, para acceder a la Justicia Divina, no necesita pagar dinero, la moneda es la fe. El Abogado es el Señor Jesús. A través de la fe, alcanzamos los derechos de la Justicia Espiritual. En el trono, tenemos a Dios, que es la perfecta Justicia, que es el perfecto Padre. Y le da recursos para presentarse ante Él, usando la fe para buscar la Justicia Divina.

Por esto, hay muchos ejemplos de personas que no lo merecían, pero recibieron la Justicia Divina.

Por ejemplo: en la Biblia, está la historia de Zaqueo, que dirigía un robo de impuestos. Era como un «robo de guantes blancos» de hoy en día. Pero Zaqueo escuchó sobre Jesús, que Se invitó a Sí mismo a la casa de ese hombre. Al darse cuenta de que era un pecador, en medio de la cena, Zaqueo decidió no robar más y deseó devolver lo que había robado. Jesús no le pidió eso, pero sabía que era sincero. En medio de las personas que estaban en la mesa, públicamente, Zaqueo decidió cambiar. Jesús lo perdonó, le dio paz, Salvación y perdón. Zaqueo terminó la cena, perdonado. ¿Y cómo alcanzó tan rápido la Justicia Divina? Fue porque decidió rápidamente corregirse y comenzar de nuevo. Y lo mismo ocurrió con muchos otros en la Biblia.

Una persona pudo haber hecho cosas horribles en el pasado, pero, cuando Le entrega su vida a Dios, Él limpia ese pasado y esa persona se convierte en un hombre o una mujer de Dios.

Una vez, los religiosos querían tenderle una trampa al Señor Jesús, para incriminarlo. En otras palabras, dijeron: «¿Es justo pagarles impuestos al Emperador Romano?». Si el Señor Jesús hubiera dicho que sí, habría tenido problemas con los judíos. Y si hubiera dicho que no, habría tenido problemas con los romanos. En Su sabiduría, el Señor Jesús dijo: «Mostradme la moneda […] ¿De quién es esta imagen? […] De César […] Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios», Mateo 22:19-21.

Por lo tanto, cuando entregamos a Dios lo que es de Él, recibimos la Justicia Divina.

Piense: Usted quiere la Justicia Divina, pero ¿ha dado lo que es suyo? ¿Y les ha dado a otros lo que es de los otros?

Vea el mensaje completo en el siguiente video.