Una de las señales de que Dios está en su interior es abandonar las prácticas del pasado. Prácticas carnales de alguien desobediente al Padre, de alguien que vive según sus propias voluntades.

Pablo escribió a los colosenses:

«Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.» Colosenses 3:8

El Espíritu nos llama a despojarnos de todo esto. Porque el viejo hombre debe morir para que sea creado, dentro de nosotros, uno nuevo. Así como nos quitamos una prenda que ya no nos sirve y la desechamos, es como debemos desechar comportamientos que no son apropiados.

«Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.» Colosenses 3:12-1:3

Cuando una persona es elegida para algo, generalmente, usa una vestimenta especial para la ocasión: Miss Brasil, el presidente, una novia. Cuando asumimos nuestra posición como escogidos de Dios, debemos tener un vestuario diferente.

Fuimos separados y amados por Él, no somos cualquiera. Fuimos escogidos y debemos reflejar en nuestro comportamiento la diferencia que Él ha hecho en nuestra vida.

Debemos exhalar bondad, buenos pensamientos y de buenas fuentes. Después de todo, somos diferentes entre nosotros y, al convivir con alguien, naturalmente, esa persona lo molestará y usted a ella. En la convivencia, debemos aprender a ser tolerantes, soportar y perdonar, dar un descuento, dejar pasar ciertas cosas. Es decir, si usted tiene esta nueva vestimenta y se viste como escogido de Dios.

Vea el mensaje completo en el siguiente video y comprenda más al respecto.