Le mostraré un fragmento importante de la Biblia: «Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que el Señor habló con vosotros de en medio del fuego…», Deuteronomio 4:15. Las personas están preocupadas por guardar muchas cosas, como dinero, fama y secretos, pero nuestro cuerpo se volverá polvo, ¿y dónde guardaremos nuestra alma?

Hay una explicación para el hecho de que Dios no haya aparecido de una forma física: «… para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra», Deuteronomio 4:16-18.

Dios estaba diciendo que, cuando Se le apareció al pueblo en el monte Sinaí, no se apareció en una forma, porque sabía que, si Se aparecía en una figura, las personas harían una imagen de aquello. En otras palabras, Dios estaba diciendo: «No aparecí en forma de algo para que no hicieran una escultura de Mí».

Incluso, agregó: «No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque el Señor tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos», Deuteronomio 4:19.

Dios dejó bien claro que abomina la práctica de imágenes para cualquier fin, porque no quiere que las personas se corrompan. Usted ve que todas las religiones hacen imágenes aludiendo a algo o a alguien, pero está escrito: «No tendrás dioses ajenos delante de Mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra», Éxodo 20:3-4. Solo el hecho de «hacerlos» es pecado, aunque no los adore. Usted ve a personas inclinándose ante las imágenes todo el tiempo. Esas personas tienen fe. Yo mismo me incliné ante las imágenes en el pasado.

Dios completa diciendo: «No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque Yo soy el Señor tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que Me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que Me aman y guardan Mis mandamientos», Éxodo 20:5-6

A veces las personas no entienden el motivo de tanta desgracia en sus vidas. Es la ley del retorno. Sin embargo, esta es una ignorancia opcional. La persona dice: «Estás atacando mi religión». Entonces, agarre la Biblia y tírela a la basura, porque la Palabra de Dios no puede seguirse de forma selectiva. Sé que duele, pero, si acepta, su sufrimiento en este mundo puede disminuir. Si quiere seguir igual, es su derecho, pero esta es la realidad.

Vea el mensaje completo en el siguiente video y medite al respecto.