thumb do blog Renato Cardoso
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¿CÓMO ES LA FE? ¿CÓMO CREER EN DIOS?

¿Cómo es la fe? ¿Necesito sentir o solo decir que creo? Conozca cómo funciona y cómo usar este gran poder que Dios le concedió al ser humano

Alguien hizo una pregunta: «¿Cómo es la fe? ¿Necesito sentir o solo decir “yo creo”?». Parece una pregunta simple, pero es muy inteligente e importante. Vamos a entender sobre este gran poder que Dios le dio exclusivamente al ser humano.

El ser humano fue dotado por Dios con el poder de creer, de ahí vienen tantas religiones. Pero Dios no le dio la fe al ser humano para crear religiones, sino para relacionarse con Él. Sin embargo, cuando el ser humano no practica la fe en el Creador, debe usar esa fe de alguna forma, de ahí viene la fe en los horóscopos, cristales, ovnis y todo lo demás.

La primera parte de la pregunta fue: «¿Es necesario sentir para tener fe?».

La respuesta es: No. La fe está por encima de los sentidos naturales humanos. No es un sentido. Está, quizás, más relacionada con la intuición. No obstante, la intuición aún es incompleta, porque usted no sabe de dónde viene (y también puede ser engañosa). Por eso, la fe va más allá de la intuición. La fe en Dios proviene de una fuente, que es Él. Lo que genera esa fe es la Palabra (y por eso usted entiende por qué los animales no tienen «religión»). Cuando el ser humano escucha la Palabra de Dios, esta despierta la fe en Él. Si usted quiere tener fe, en lugar de buscar «sentir», lea y medite en la Biblia (comenzando por los evangelios, que son los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Es para que, a través de las palabras, su fe se despierte. En la iglesia, usted también escucha la Palabra.

Al hablar sobre la historia de Abraham, Pablo deja un ejemplo sobre la fe: «Él creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y la esterilidad de la matriz de Sara; sin embargo, respecto a la promesa de Dios, Abraham no titubeó con incredulidad, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios…» (Romanos 4:18-20).

En otras palabras, Abraham no basó su fe en sus sentidos, sino en la Palabra que Dios le dio.

Si es posible, antes que nada, lea la Palabra de Dios. Dedíquese unos minutos a pensar: «¿Cómo puedo aplicar esto en mi vida?». Y eso será fuerza para usted y despertará su fe.

La segunda parte fue: «¿Es solo decir “yo creo”?».

La confesión de fe es importante. Pero no es hablar por hablar, de la boca para afuera. Es una expresión de lo que está en el interior de la persona. No debo hablar para convencerme, yo estoy de acuerdo con la Palabra de Dios. Y evite confesar lo contrario: «No sé, veremos». La fe es la certeza en la Palabra de Dios. Con el corazón creo y con la boca confieso. Con este ejercicio la fe se convierte en una realidad en mi vida.

Reflexione sobre esto con el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso