Traiga para sí la RESPONSABILIDAD de su VIDA
Solo usted puede acercarse a la perfección y agradar a Dios
Recuerdo un caso de un hombre, de más de 40 años, que tenía la vida arruinada. Vivió durante unos 20 años en las drogas, lo perdió todo. Y, cuando estaba relatando su propia historia, noté algo común: culpaba mucho a otras personas.
En medio de tantos problemas, quería que su mujer volviera. ¿Pero él estaba en condiciones de cuidar a una mujer? No. ¿Estaba en condiciones de estar en una relación siendo un adicto, perdido? No, pero quería retomar la relación.
Intenté mostrarle: «Tu problema no es la mujer que se fue, no fueron las personas que te indujeron al mal. Tu problema eres tú mismo». No estoy diciendo que no hay malas personas. Yo también ya he lidiado con personas así. Pero elegí mirar a Jesús y no a quien es imperfecto. Tal vez, su problema es que ha estado mirando a quien es imperfecto. Yo aprendí que hacia dónde miro es hacia dónde voy. Dios puso nuestros ojos en el rostro. Y a quien miro es en quien me voy a convertir. Entonces, tengo que mirar al Señor Jesús, que es perfecto.
Cuando usted mira hacia Jesús, no mira a nadie más, solo espera algo de Él, no se compara con nadie, no se escandaliza con las personas. Él le muestra cosas sobre usted mismo que necesita mejorar. Cuando trae la responsabilidad de su vida para sí, entiende que los cambios también deben partir de usted.
Aquel hombre no vino a buscar a Dios, vino a buscar a la mujer que lo dejó, porque ella se convirtió en un «dios» para él. Ese hombre quería que Dios le sirviera. Estaba en ese estado porque puso su propia felicidad en manos de terceros a lo largo de toda su vida.
Recuerdo el pasaje bíblico (Juan, capítulo 5) de aquel hombre que estaba esperando el milagro en el estanque. El Señor Jesús preguntó: «¿Quieres ser sanado?». Pero, en lugar de responder, dijo: «Señor, mi problema es que soy paralítico y, cuando el ángel mueve el agua, otros, que tienen piernas mejores que yo, van primero». Pero no escuchó la pregunta: «¿Quieres ser sanado?». Y, a veces, usted está así: Dios habla clarísimo, pero usted no escucha, siempre busca ser víctima de las personas y de las situaciones. Traiga para sí la responsabilidad de su propia vida, mire hacia Dios y haga por usted mismo lo que nadie hará. Igualmente, saque de su corazón las cosas y a las personas que ocupan el lugar de Dios, porque eso es lo que lo hace estar así, en lugar de ser una persona fuerte, que va a vencer las situaciones.
Reflexione sobre esto a través del mensaje completo en el siguiente video.