thumb do blog Renato Cardoso
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No PUEDO dejar de tener MALOS PENSAMIENTOS, ¿qué HAGO?

Los malos pensamientos vienen a la mente de todos, pero la cuestión es qué hará usted con ellos, cómo actuará y reaccionará. ¡Dios le da la solución!

Recibí una pregunta: «Estoy pasando por muchas luchas, pero mi mayor dificultad son los pensamientos que me distraen, son como un tormento para mí, mi mente no para. ¿Cómo hago para lidiar con esto?».

Es muy importante que entienda lo siguiente: Nuestra mente es una fábrica de pensamientos, su trabajo es imaginar, proyectar ideas, traer recuerdos. Siempre está trabajando, incluso cuando dormimos. Pero no siempre pensará en lo que es útil (y esto es una verdad para cualquier ser humano; si tan solo pudiéramos pensar en lo que es útil, pero no es lo que sucede).

Hagamos una analogía. Imagínese que tiene cien empleados que trabajan con madera. Usted compra la madera y la lleva a la fábrica. Y les dice: «Tienen que hacer algo con esta madera». Pero no les dice qué deben hacer. Entonces, cada uno hará lo que crea que es mejor. Así es con nuestro cerebro. Si usted no le da una orden a su mente, pensará cosas aleatorias (aliadas con nuestra naturaleza caída, heredada por el pecado de Adán y Eva, es un «gen» que llevamos).

Entonces, lo primero que usted debe hacer es tomar esos malos pensamientos y desecharlos. Los «carpinteros» de su mente le presentaron algo, entonces, usted dice: «No quiero esto, descártenlo y hagan esto, esto y esto». Es algo intencional, que exige esfuerzo.

Usted debe recuperar su enfoque y darle la orden a su mente de pensar en lo que es bueno. Tome su agenda y enfóquese en lo que debe hacer. Tome nota para recordar siempre lo que debe hacer. Lea la Palabra de Dios o un libro productivo, dele algo bueno a su mente para que trabaje, hágase preguntas inteligentes, dele problemas útiles de su vida a su mente para que los resuelva. Si es posible, ore a Dios donde esté.

En la Biblia está escrito: «El Señor conoce los pensamientos del hombre, sabe que son solo un soplo», Salmos 94:11. Dios sabe que tendemos a pensar en cosas vanas. Él no nos está condenando. Un mal pensamiento no significa, necesariamente, que usted haya caído en pecado. Lo que hace que una persona caiga en pecado es alimentarlos y actuar sobre ellos. Pero, cuando venga algo malo, deséchelo. A veces, usted es atacado en su mente, entonces, tendrá que resistir. El Señor Jesús fue atacado por malos pensamientos en el desierto.

El salmista también dice: «Cuando mis inquietudes se multiplican dentro de mí, Tus consuelos deleitan mi alma», Salmos 94:19. Entonces, haga eso.

¿Qué hará al respecto? Vea el siguiente video y piense al respecto.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso