Señales de que usted podría estar atravesando un duelo no resuelto.

Cuando sufrimos pérdidas significativas en nuestra vida, como la de personas, sueños, cosas en las que hemos invertido durante años, un accidente que resultó en una discapacidad física, pasamos por el duelo. Y esto es algo natural durante un determinado tiempo. El duelo forma parte en el momento de lidiar con la pérdida. Pero algunas personas no logran resolverlo. Pero la vida sigue y, de una forma u otra, deben vivir con esa situación.

Una de las señales de que tiene un duelo no resuelto es cuando usted tiene personas a su cuidado o está rodeado de otros, pero, aun así, se siente solo o aislado. Esto sucede porque esa persona que perdió dejó un vacío. Es como en el caso bíblico de Ana. Ella intentaba ser madre y no lo lograba. Su esposo trataba de consolarla y, en una ocasión, le dijo: «… ¿No te soy yo mejor que diez hijos?». Hay un vacío en esa persona.

Otra señal es que usted siente que hace todo de manera automática o que empuja con la panza, como se dice popularmente. Todo se convierte en un gran peso para usted, incluso pierde las ganas de comer.

La tercera señal es cuando usted se siente enojado con Dios porque dejó que eso le sucediera. Este pensamiento está presente: «Él sabía lo importante que eso era para mí, pero lo permitió». Muchas personas se vuelven ateas por esta razón, piensan que Dios tendría que haber hecho algo.
Y le digo todo esto para que pueda diagnosticarse. Usted debe entender lo que está sucediendo. Si no reconoce que hay un problema, no buscará la solución, el que no considera que está enfermo, no busca la cura.

Otro síntoma de un duelo no resuelto es cuando usted suele soñar con lo que sucedió. Revive la situación de la pérdida, de la nostalgia. Viaja en su imaginación despierto o sueña mientras duerme. Son recuerdos que duelen y arrastran el dolor con el tiempo.

Es necesario entender que hay una salida, una solución a todos estos dolores y estas situaciones. Debe buscar al Espíritu de Dios, al que es llamado Consolador. Él es el que sana la herida expuesta debido al dolor, es el que le da un significado a todo lo que sucedió, es el que nos da el entendimiento y cierra la herida en nuestro corazón, es el que nos fortalece y nos anima a seguir adelante, es el que nos guarda del pasado, y sana completamente ese duelo.

Está escrito: «Entonces aparecieron los abismos de las aguas, y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, a Tu reprensión, oh Señor, por el soplo del aliento de Tu nariz. Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las muchas aguas», Salmos 18:15-16.

Dios nos saca de las muchas aguas. Tal vez esto le parezca imposible, pero es lo que Dios hace. Él lo saca de ese duelo y le da fuerzas para seguir adelante con buenos recuerdos. Él restaura la sonrisa en su rostro, pero usted Lo debe buscar.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.