Aunque los problemas quieran destruirme, el Espíritu de Dios es mi fortaleza, mi paz y mi alegría
«Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas; aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas del aprisco, y no haya vacas en los establos,
con todo yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi Salvación.
El Señor Dios es mi fortaleza; Él ha hecho mis pies como los de las ciervas, y por las alturas me hace caminar.» Habacuc 3:17-19