«Sonría, está siendo guiado». Sí, acéptelo que duele menos. Muchos tienen la ilusión de que trazan su propio camino. Esas personas dicen: «Nadie me manda, sigo mi propio camino».

Sin embargo, esto es una ilusión, porque somos el resultado de las influencias e ideologías que recibimos en nuestra vida. Todos, al salir del vientre de nuestra madre, somos expuestos a las ideas presentes en este mundo; incluso los que se creen muy inteligentes al decir: «Hago mi propio camino. Soy libre». Estas personas no se dan cuenta de que eso es una ideología que les gustó y abrazaron. Por lo tanto, este pensamiento es una ilusión.

Daré algunos ejemplos de ideas que las personas abrazan y por las que son guiadas. Hay personas que se dejan llevar por el «deja que todo fluya». Hay otros que son guiados por el ejercicio físico. Leí sobre un hombre de 36 años que vivía para hacer ejercicios, pero sufrió un infarto y murió. El ejercicio físico, probablemente, provocó un colapso en su cuerpo. De esta manera, muchos adoptan una forma de vida. Hay quienes viven disfrutando de la música, de un cantante (las ideas y la ropa de ese cantante guían la vida de esa persona). También están los que son guiados por el mundo del emprendimiento y de las inversiones. Es lo que la persona abrazó para su vida y por lo que se deja guiar.

Todos son guiados por algo o alguien (incluso, las religiones). La religión es un esfuerzo humano para alcanzar algo cercano de Dios, y hay personas que son guiadas por la religión.

Así que no hay nadie que no siga a alguien.

Si esto es un hecho, ¿qué hago con esta información? Debo evaluar quién me está guiando y hacia dónde. La inteligencia pide eso.

Concluyo que, si alguien me va a guiar, prefiero elegir a Aquel que es Perfecto y tiene el mejor interés sobre mí en Su corazón, y el único que conozco es Dios, el Creador.

Entiendo que la persona religiosa vea lo que señalo como una religión. Pero no es eso lo que Dios le propone al ser humano. El Señor Jesús vino al mundo para liberar al ser humano de la religión.

Cuando David dijo: «El Señor es mi pastor, nada me faltará», Salmos 23:1. Sabía de lo que hablaba, porque él era un pastor de ovejas. La oveja es dependiente de su pastor. Él sabía que Dios siempre lo guiaría por los caminos correctos. Y David eligió a Dios.

Ya que usted será guiado por alguien, ¿por qué no hacer de Dios su guía? Porque todo lo demás es un riesgo.

Reflexione sobre esto viendo el mensaje completo en el siguiente video.