thumb do blog Renato Cardoso
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DANDO UN «RESET» EN LA VIDA

Imagínese si pudiera cambiar su celular antiguo, con la pantalla rota y la memoria llena, por un iPhone nuevo. ¿Qué estaría dispuesto a hacer solo para tenerlo en sus manos? Ahora, ¿y si le dijera que tiene una propuesta mucho mejor ante usted?

¿Quién no ha deseado comenzar de cero y hacer todo diferente?

Tal vez usted diga: «Arruiné mi vida. No quería que me ocurriera lo que ocurrió». Preste atención a lo que le diré: Dios, sabiendo que el ser humano arruinaría su propia vida, le proveyó un camino: «nacer de nuevo».

Jesús habló sobre esto: «… En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el Reino de Dios» (Juan 3:3).

En este mundo existen muchos reinos (de las drogas, del crimen, del arte, de la política), pero existe el Reino de Dios, que es invisible. Solo puede ver este Reino quien «nace de nuevo».

Y Jesús añadió: «… En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios» (Juan 3:5). Ahora, Él habló sobre «entrar». Entonces, no es solo «ver». Quien ha tenido el «nuevo nacimiento» es partícipe de este Reino.

Sin embargo, la condición es «nacer del agua», lo que significa «de la Palabra de Dios» o del «bautismo en las aguas», que es la actitud de la persona que se arrepiente cuando reconoce su condición equivocada. Usted puede ir al agua, morir para su vieja vida y, al levantarse de esas aguas, tener un nuevo comienzo. El «bautismo en las aguas», instituido por el propio Señor Jesús, es una especie de sepultura de la vieja criatura. Posteriormente, la persona busca al Espíritu Santo y comienza a tener una vida nueva.

«Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te asombres de que te haya dicho: “Os es necesario nacer de nuevo”» (Juan 3:6-7).

Finalmente, esta Palabra nos muestra que es posible comenzar de nuevo. Si usted arruinó su vida, perdió oportunidades (académicas, económicas o familiares), vivió lo que el mundo le ofreció y recibió dolor, incluso hay una voz en su cabeza que le dice: «Termina con todo, ya no hay solución», al tomar esta vida y entregársela a Dios, puede «nacer de nuevo».

Dios no puede decidir por nadie; lo que Él hace es dejar la puerta abierta. Acepte las condiciones de esta nueva vida.

Vea el siguiente video y reflexione sobre este mensaje.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso