thumb do blog Renato Cardoso
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ME PRESENTARON AL JESÚS EQUIVOCADO, LO DESCUBRÍ 14 AÑOS DESPUÉS

Piense bien en esta pregunta: ¿Y si el Jesús que le presentaron es el equivocado? ¿No será por eso por lo que se ha decepcionado? Descubra cómo conocer al verdadero Jesús y no decepcionarse nunca más

Hasta los 14 años de mi vida, me presentaron al Jesús equivocado. Era de madera, yeso, papel. A veces, tenía el cabello castaño, otras veces era más rubio. Ese Jesús tenía los ojos, a veces, azules, a veces verdes. Había sido ilustrado por las manos de artesanos. Había sido clavado en una cruz, no hablaba, no se movía y era una historia muy distante. No lograba conectarme con él ni comprender el motivo de todo su sufrimiento.

Pero a los 14 años me presentaron al verdadero Jesús, ya que me enseñaron a abrir la Biblia y leer Su Palabra. ¿Cómo conocer a alguien sin comunicarse directamente con él? ¿Sin escuchar lo que esa persona tiene para decir? Cuando usted quiso ponerse de novio con alguien, ¿qué hizo? Miró a esa persona, se acercó, comenzó a conversar y desarrolló una amistad con la esperanza de tener una relación. Y con Dios no es diferente.

Sin escuchar de la boca de Dios, sin saber lo que Él enseñó, quién es, no podría conocerlo. En el Evangelio de Juan dice: «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho» (Juan 1:1-3).

Jesús vino a este mundo no en forma de metal, yeso o papel, sino en forma humana. Dios, que es la Palabra, tomó forma humana para que pudiéramos identificarnos con Él y saber cómo es. Cuando miramos a la Persona del Señor Jesús registrada en las Escrituras y a los testigos que Lo vieron, comenzamos a conocer al verdadero Jesús (no según una religión).

Entonces, muchos conocieron a un Jesús equivocado, como lo conocí yo. Y, cuando eso ocurre, es fácil decepcionarse, es fácil encontrar «vacíos» en esa creencia. Por eso ciertas personas se volvieron ateas. Les presentaron a un «superhéroe» que aparecería en el momento exacto. Y cuando esas personas pasaron por un momento difícil (como la pérdida de un familiar o la aparición de una enfermedad), esperaron que ese Jesús las rescatara (lo cual no sucedió) y pensaron: «Este Jesús es un cuento, no existe».

Pero hay otras versiones equivocadas. Está ese Jesús airado en el cielo que les lanza rayos a los humanos. O un Jesús complaciente que no le exige ningún cambio a la persona. Es un Jesús según la mente de alguien. Pero no van a la fuente. Si usted quiere conocer a una persona, debe hablar directamente con ella. ¿Y por qué con Dios sería diferente?

Dios dijo: «… mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que Me entiende y Me conoce, pues Yo soy el Señor que hago misericordia, derecho y justicia en la Tierra, porque en estas cosas Me complazco, declara el Señor» (Jeremías 9:24).

Él anhela dejarse conocer por los sinceros, por los que Lo buscan en espíritu y en verdad. La Biblia está a su disposición, comience a leerla. Vea al Evangelio de Juan y continúe la lectura, dígale: «Quiero conocerte». Lea con inteligencia y fe. Vea lo que hará en su vida.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso