thumb do blog Renato Cardoso
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EL ÁRBOL DE LA VIDA, CUANDO EL CIELO Y LA TIERRA SE ENCUENTRAN

El Árbol de la Vida es mencionado tanto al principio como al final de la Biblia. ¿Sería esto solo una coincidencia? Hay una promesa que afirma que aquellos que perseveren hasta el fin tendrán el privilegio de comer del fruto de ese árbol

Pocas personas perciben el acontecimiento del «Árbol de la Vida», tanto al principio, en el medio, como al final de la Biblia. Antes de crear al hombre, al igual que los padres preparan el cuarto del bebé, Dios preparó el Paraíso para recibirlo. Colocó dos árboles en el medio del Jardín del Edén: el «Árbol de la Vida» y el «Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal».

En Apocalipsis, vemos que el «Árbol de la Vida» se menciona nuevamente: «… en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones» (Apocalipsis 22:2).

Además, cuando el Señor Jesús habla con las «Iglesias del Apocalipsis», se menciona: «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. “Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios”» (Apocalipsis 2:7).

Imagínese un árbol frutal, con el verde de sus hojas que atrae miradas, que brilla, el tronco es fuerte y las raíces profundas. ¿Qué podemos concluir con esta imagen? Tal árbol es la perfecta cooperación entre el Cielo y la Tierra. Hay un clima adecuado y un terreno propicio para que el árbol crezca de esa manera.

Esto simboliza lo que Dios quiere hacer en la vida de las personas que están en perfecta armonía con el Cielo. Como se dice en la «Oración del Padre Nuestro»: «Hágase Tu voluntad aquí en la Tierra como en el Cielo». Cuando usted vive en la Tierra como un ciudadano del Cielo, su vida se convierte en una fuente. El fruto de su vida es el carácter de Dios y lo más cercano a Su imagen que las personas verán aquí en la Tierra. Y esto ocurre cuando estamos alineados con el Cielo.

En el medio de la Biblia, están los Evangelios, y el Señor Jesús dijo: «Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en Mí y Yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de Mí nada podéis hacer» (Juan 15:5).

Jesús murió en el madero para traer vida a quien está en Él. Es necesario hacer esa alianza con Él. Porque, así como una rama cortada del árbol se seca, quien está separado de Dios no tiene vida.

Medite en esto y vea el mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso