¿Quiere agradar a Dios?
No hay como agradar a Dios sin el ejercicio de la fe en su Palabra. Esto significa practicar y obedecer Su Palabra.
El Señor Jesús dice claramente: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él” (Juan 14:21)
Asistir asiduamente a la iglesia, no hacer mal a nadie o vivir una vida religiosa basada en tradiciones no significa necesariamente practicar la Palabra de Dios. Su práctica incluye acción, que casi siempre está en discordancia con lo que está de moda y con el mundo.
Por ejemplo, para el mundo, es normal la práctica del sexo siempre que a uno le apetezca, pero para los que aman al Señor Jesús, el sexo sólo puede ser practicado después del matrimonio. No importa si es hombre o mujer.
Es decir: todo lo que está de moda pero es contrario a la disciplina Divina, desagrada a Dios. Pero alguien puede decir: “pero eso es muy difícil…”
¡Efectivamente! Pero para ello está la profecía: “Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:14)
¡Manda quién puede y obedece quien tiene juicio!