El grito que nadie oye
Meditando en este proverbio, encontré algo interesante:
¡Escuchen! La Sabiduría clama en las calles, alza Su voz en las plazas; Clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones. ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos aborrecerán la ciencia? Proverbios 1:20-22
Es decir: en todo lugar, en toda situación hay chances de aprender. La sabiduría está a nuestro alrededor, gritando, intentando llamar nuestra atención. Lecciones, esperando para ser aprendidas, esparcidas por todos lados. Aprendizajes, como frutas maduras a la orilla del camino, esperando que alguien pase y las lleve.
La sabiduría en este proverbio simboliza al propio Dios (por eso la Biblia le da la “S” mayúscula a la palabra). Es Él quien quiere enseñarnos a través de toda y cualquier oportunidad, buena y mala. No es necesario un CI elevado para entenderlo, tampoco una súper espiritualidad. Solo son necesarias humildad y atención.
Esta sabiduría que Dios quiere compartir con nosotros es mucho más valiosa que los conocimientos adquiridos en libros y universidades. Se trata de la sabiduría para la vida, para conquistar y establecer la felicidad — cosas que los sabios de este mundo no logran encontrar. Sabiduría para tener un matrimonio feliz, vivir realmente en paz en el medio de la guerra, desviarse del mal, vencerse a sí mismo, construir una vida íntegra.
Usted también puede adquirir esta sabiduría. Pero para eso tendrá que aprender a sintonizar la voz de Dios, por sobre todas las voces de este mundo ruidoso.