La historia de Gedeón – parte 14
El espionaje en el campamento madianita
El espionaje en el campamento madianita (Jueces 7:11b-15)
Gedeón y Fura descienden al campamento y ven la cantidad absurda de enemigos esparcidos por el valle. Ellos escuchan la conversación de dos hombres, uno contando el sueño que tuvo, y Gedeón descubre algunas cosas espantosas: que los enemigos ya habían oído hablar de él, que estaban muy asustados y que en medio de ellos ya corría el rumor de que Dios había entregado a los madianitas en sus manos.
“… He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento”.
Es decir, Dios ya había hecho todo el trabajo de marketing de Gedeón, y los enemigos, aun pareciendo ser muy fuertes y numerosos, tenían mucho, mucho miedo. Mientras que Gedeón tenía un ejército de 300 valientes, y valientes comprobados, los madianitas tenían una multitud de miedosos. La ventaja de ellos (el gran número) se convirtió en desventaja. ¡Dios ya había hecho todo el trabajo!
En el sueño, el pan de cebada llega como un huracán y derrumba todo lo que tiene por delante. Muy probablemente, ellos habían escuchado hablar de Gedeón por lo que había hecho, sacrificando el toro de su padre, Joás. Cuando los hombres de la ciudad llegaron, vieron el bosque todo cortado, los árboles en el suelo, el altar de baal destruido y los ídolos despedazados. Como probablemente los diez hombres no asumieron que estaban con él, quedó la fama de que Gedeón había hecho todo eso solo, derrumbando todo, como si fuera un huracán. Y a los ojos de los madianitas (que eran descendientes de Abraham y Cetura, entonces conocían sobre Dios), Dios obviamente estaba con Gedeón, o baal ya hubiera hecho algo contra él… Ellos conocían las historias y sabían que, si Dios estaba con Israel, ellos estarían perdidos. Los propios enemigos reconocieron a Dios en Gedeón, mientras que él todavía estaba dándole oídos a la palabra del miedo en su corazón.
Gedeón incluso ya se veía como un líder, pero no tenía noción de que los enemigos lo estaban viendo como un héroe invencible. En ese momento, él entiende lo que Dios estaba haciendo. Y también entiende que la imagen que los enemigos tenían de él era la imagen de Dios proyectada en él. Porque tenía el Espíritu de Dios, todos verían en él la imagen de Dios: el héroe invencible, fuerte, imbatible. Es en este momento que ocurre el cambio del espíritu miedoso de Gedeón por un espíritu que asume su posición delante de Dios. En esa fe, él no lo piensa dos veces: regresa para avisarles a los demás hombres que la batalla va a comenzar.
Continúa mañana…
¡No se lo pierda!
Por Vanessa Lampert
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