El segundo toro y la contienda con Baal (JUECES 6:25-32)

Dios le pide a Gedeón que destruya el bosque de los idólatras, el altar de baal de su padre, que erija un Altar para Dios y que sacrifique el segundo toro de su padre al Señor. Dios no le manda que lleve a nadie, pero él no tiene el coraje para ir solo, y va con diez hombres (hasta ahí, todo bien, era para derrumbar un bosque, después de todo). No tiene el coraje para ir de día, va de noche. Obedece, pero con miedo. Pero obedece. Pero con miedo. Se puede ver que les tiene miedo a los hombres, pero no le tiene miedo a baal. Él no les teme a los otros dioses. Le teme a Dios, si no, no Le obedecería. En ese momento, él tiene un enorme conflicto entre su miedo a la situación y el temor a Dios. Opta por el temor y, por eso, Dios continúa con él.

Es muy bueno ver que Dios no fija su mirada en el miedo de Gedeón. Sabe que él tiene miedo, ve su miedo, pero elige mirar hacia el temor que manifiesta, y también hacia la fe, que es la actitud de obediencia. Incluso por el hecho de estar aterrado, la obediencia de Gedeón tiene aún más valor delante de Dios. Él tiene que sacrificar más de su propio miedo para obedecer. Dios tiene buenos ojos y siempre mira nuestro potencial y nuestro esfuerzo para obedecer y superar nuestros defectos y debilidades. Él observa nuestro sacrificio, nuestra ofrenda de obediencia cuando está hecha con sinceridad y temor.

Los hombres de la ciudad rápidamente descubren lo que sucedió y no es difícil descubrir quién lo había hecho, ya que Gedeón llevó consigo a diez testigos… Y, por supuesto, en el momento de señalar al culpable, casi toda la culpa cayó sobre Gedeón, como si él lo hubiera hecho solo… ¡Imagínese a los testigos acusándose a sí mismos! El padre de Gedeón tuvo que ir a defender a su hijo (porque no sabía dónde estaba Gedeón… papá tenía que ir a salvarlo) y logra replicarles a los hombres. Si baal es dios, ¡que se defienda delante del reto que le hicieron! Y todos le dejan la venganza a baal. Es una especie de desafío.

Con certeza, eso hizo que Gedeón se convirtiera en el tema de la ciudad. Su actitud fue vista como una afrenta hacia baal, y todos deben haberse quedado atentos para ver qué iba a suceder con él. Probablemente fue entonces cuando la fama de Gedeón comenzó a expandirse, ¡porque hasta le cambiaron el nombre debido a lo sucedido! ¿Quién es este que hizo eso con baal y sigue impune? ¿Por qué baal no puede contra él? ¿Quién está con él, que es mayor que baal? ¡Solo puede ser Dios! Si Dios esta con él y es mayor que baal, ¿qué rayos hacemos siguiendo al perdedor?

Entonces, el pedido de Dios tuvo una motivación múltiple. Más allá de lo obvio, de quitar esas abominaciones de la casa de su padre y hacer del Señor el único Dios allí, sacrificando lo mejor que su familia tenía y colocando a Dios por encima de todo en su vida, Dios también quiso avergonzar a baal delante del pueblo, haciendo que todos vieran que baal no era un dios en absoluto. Él también quiso probar si el miedo que Gedeón tenía por aquellos hombres era mayor que su temor a Dios, y también quiso divulgar la imagen de Gedeón como la de un héroe sin miedo e impredecible, y mostrarles a todos que Gedeón estaba con Él.

Dios es grande y no está limitado por nuestras limitaciones. Por eso, cuando Él hace una cosa, es multidimensional. Es como alguien que juega a los bolos y derrumba a todos de una sola vez. Lo que Él hace, tiene efectos en varias áreas, los cuales no siempre percibimos en el momento. Nunca es para una sola cosa.

Continúa mañana…

¡No se lo pierda!

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– La historia de Gedeón – parte 2

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– La historia de Gedeón – parte 6