Es simple entender por qué el diablo no puede tocar a aquel que está permanentemente con la vida en el Altar. Todo lo que es impuro proviene de él y del infierno, mientras que Dios es la esencia de la pureza.

Cuando la vida es colocada en el Altar como ofrenda viva, pasa a ser bañada por la Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Recuerde que Él derramó toda Su Sangre en el Altar (monte Calvario). Espiritualmente hablando, esa Sangre continúa purificando a todos los que presentan su sacrificio en el Altar.

¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno Se ofreció a Sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Hebreos 9:14

No importa el pecado que esa vida cometió. Una vez que ella se entrega en el Altar con todos sus “apegos”: dinero, casa, hijos, marido o esposa, diplomas, orgullos, honras, en fin, con lo que tiene y con lo que es, sin reservas, el diablo la verá pura y jamás podrá tocarla.

Lea Salmos 24: 3-5
Usted sabrá quién obtendrá la bendición del Señor.

La Hoguera Santa es esa oportunidad dada por el Espíritu Santo para obtener una transformación completa de espíritu, alma y cuerpo de una vida. Usted que está leyendo en este momento este mensaje, no pierda esa chance. Láncese completamente y, en poco tiempo, usted estará formando parte de ese grupo de innumerables personas que dan testimonios de una vida de calidad y llena de la Presencia de Dios.

¡Dios los bendiga!