thumb do blog Renato Cardoso
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DISTRACCIONES QUE SOFOCAN

Así como los espinos sofocan la semilla, las distracciones inhiben la capacidad de concentrarse y de enfocarse en lo que realmente importa. Siendo así, es crucial que usted tenga raíces en la Palabra de Dios y dé frutos

Por medio de la parábola del sembrador, aprendemos que la Palabra de Dios no cambia, es una sola y ha sido la misma durante siglos. Así como Dios permanece y no cambia, Su Palabra tampoco. Es la Palabra la que sustenta el suelo debajo de sus pies. Usted solo debe reflexionar: La Tierra se apoya sobre la nada y se mueve a gran velocidad, pero, aun así, es firme, porque obedece la Palabra de Dios, que son las leyes que rigen el universo. Entonces, si hay ley, hay un legislador.

La Palabra de Dios no cambia, sin embargo, los oídos y los corazones de los que la reciben pueden cambiar. El resultado diferente en la vida de cada uno no depende de la Palabra, sino del oyente. Hay personas que absorben rápidamente la palabra y son felices, pero eso no dura. Hay otras en las que la palabra tiene corta duración a causa de la angustia y de los comentarios de los demás. También está la palabra sembrada entre los espinos, que son las riquezas y las distracciones que presenta el mundo.

El mundo genera en las personas la ansiedad de tener más, de mostrar más. ¿Dónde queda la Palabra de Dios en todo esto? Sofocada e infructífera. Entonces, es peor que la persona escuche la Palabra y la sofoque con las preocupaciones de este mundo, que no haberla escuchado nunca, porque esta persona tiene la sensación de que sabe. Escuchó la Palabra, memorizó algunos versículos, conoce algunas historias bíblicas y tiene la impresión de que conoce la Palabra de Dios, por eso, se vuelve más resistente a esta, porque dice que ya lo sabe.

Guarde esto: Tener conocimiento no significa saber algo. Saber algo es hacerlo. De nada sirve que usted sepa todo sobre la Biblia, pero no la practique.

¿Qué debe hacer? Es necesario que se humille, que se vuelva como un niño, que esté consciente de cuantas distracciones le ha proporcionado este mundo y que ponga la Palabra en el lugar que merece. Cuide la Palabra de Dios en su corazón y en su mente.

Medite en este mensaje por medio del siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso