thumb do blog Renato Cardoso
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3 CONSEJOS PARA UNA MEJOR COMPRENSIÓN DE LA BIBLIA

La Palabra de Dios es viva y eficaz, y tiene el poder de restaurar su interior. Sin embargo, para aprovechar al máximo ese poder, es necesario prestarles atención a algunos criterios. Descúbralos en el video

Le daré 3 consejos para una mejor comprensión de la lectura bíblica. Muchas veces usted se pregunta: «¿Qué quiso decir Dios aquí?». Esto sucede, principalmente, cuando estamos iniciando en la fe.

El primer consejo es: siempre, con cualquier texto, debe preguntarse: ¿Quién está hablando? ¿A quién le está hablando?

La Biblia tiene muchos personajes y esto puede cambiar su comprensión. Por ejemplo, en Mateo, capítulo 4, el Espíritu Santo condujo al Señor Jesús al desierto para que fuera tentado por el diablo. En un solo versículo, usted percibe que esta parte de la historia involucra a tres personas.

«Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. Y acercándose el tentador, Le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan». Mateo 4:1-3

¿Quién está hablando? El diablo. ¿A quién Le está hablando? Al Señor Jesús. Si él habló con el Señor Jesús, puede hablar con cualquier persona (usted empieza a derivar entendimientos a partir de lo que está leyendo).

Tal vez esa voz que viene a su mente sea la del diablo; por eso, es necesario que esté atento para saber discernir. Y él dijo: «Si eres Hijo de Dios…», estoy seguro de que el diablo no tenía ninguna duda de que Jesús era el Hijo de Dios, pero, como él trabaja con la duda, «tirar lo verde para recoger lo maduro».

La Palabra de Dios no es una comida rápida; al contrario, es como la gastronomía francesa, que se debe degustar.

El segundo consejo es: viaje dentro de la Palabra.

Empezará a entender mucho mejor las Escrituras cuando se transporte a la época, al ambiente, al contexto que describe; es como si fuera un viajero del tiempo.

Por ejemplo, en este mensaje, imaginamos un desierto, en el que solo hay sol, un cielo azul, tierra seca, polvo y piedras. Usted debe transportarse a ese lugar. Jesús Se quedó cuarenta días en el desierto sin comer. Nosotros ya hicimos un propósito de quedarnos en el desierto del Sinaí durante tres días, y nuestro cuerpo se adaptó. Nos quedamos en espíritu de oración, meditando en la Palabra de Dios. Entonces, usted puede imaginar cómo estaba Jesús. Incluso, el diablo apareció al final; es decir, él aparece cuando estamos en nuestro momento de mayor vulnerabilidad.

Cuando usted viaja dentro de la historia, entiende lo que significó en aquella época y lo que significa para usted hoy.

El tercer consejo es: aplíquelo.

Después de leer y releer el texto, prestándole atención a los detalles, pregúntele a Dios, el Autor de la Palabra: «¿Qué quieres decirme con este texto? ¿Qué quieres que haga? ¿Cómo puedo aplicar esto en mi vida?». Tal vez esté viviendo un «desierto» y esta palabra puede hablar con usted; o tal vez esté escuchando las voces del mal, entonces, el Espíritu Santo hablará con usted por medio del Texto Sagrado, y usted tendrá que practicar lo que le diga.

Comience a hacer esto diariamente, de preferencia por la mañana; de esta manera, empezará a cambiar para mejor.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso