Preste atención, usted que siempre cae en pecado, que siempre se desanima, que es como las fases de la luna, en un momento está animado, motivado, y en otro ese ánimo se va y desaparece.

Tal vez usted sea esa persona que a veces está en la iglesia y a veces se aparta, va y viene y nunca se afirma en la fe, no recibe al Espíritu Santo, es invadido por la ansiedad, el miedo, la incertidumbre, en fin, no sabe lo que quiere.

Le daré 3 motivos por los cuales no logra afirmarse en la fe que, probablemente, le están sucediendo en su vida y le están generando esa inestabilidad en su fe:

1.º motivo – Probablemente, está absorbiendo información que le genera dudas. Sabemos que la Palabra de Dios es la que genera la fe. La fe viene por escuchar la Palabra, entonces, naturalmente la palabra que no viene de Dios genera dudas. Por lo tanto, usted debe vigilar lo que lleva a sus oídos, lo que pone delante de sus ojos y lo que consume en términos de información.

2.º motivo – La fe no es diferente al músculo de su cuerpo. De la misma manera que una persona, después de estar en cama por semanas o meses, no logra caminar si no hace fisioterapia, porque los músculos se atrofiaron, con la fe no es diferente. La fe es un músculo espiritual que para que funcione debe ejercitarse. Y para eso necesita disciplina, necesita ser consistente en las prácticas que ejercitan el músculo de la fe: la oración, leer y meditar en la Palabra de Dios e ir a la iglesia.

3.º motivo – La verdad debe decirse, cuando la persona no logra afirmarse en la fe es porque Dios no es lo más importante en su vida. Su objetivo no está en Dios, porque todo en lo que nos enfocamos lo desarrollamos, por lo tanto, si su objetivo no está en Dios nunca logrará afirmarse en su fe.