Le daré 4 pasos contra las tentaciones que vienen contra usted. Me refiero a todo tipo: desde la tentación de caer en el pote de helado o en adulterio. Recordando que, cuando el Señor Jesús dejó la oración del Padre Nuestro, habló acerca de que Dios no nos deje caer en tentación.

La tentación comienza con «¿y si…?». El pensamiento provoca alguno de nuestros deseos, como sucedió con el Señor Jesús, cuando el diablo apeló a Su hambre en el desierto. El mal apelará a alguna de nuestras codicias. Por lo tanto, debe trabajar en sus pensamientos. ¿Qué tipo de ideas mantiene en su mente? Sepa que cualquier tentación comienza en el pensamiento. Si sus pensamientos son impuros, usted está en el primer paso de la caída.

El segundo paso es que debe entender que la tentación es una mentira del diablo. En el Jardín del Edén, él le mintió a la mujer, le dijo que sería algo bueno, pero no fue así. El diablo vende el infierno como si fuera el Cielo. Dice que será bueno, bonito y placentero, pero será todo lo contrario. El placer será muy breve en comparación con el dolor que le seguirá. No obstante, dígale al diablo: «Dices que conseguiré ese dinero rápido, pero sé que quieres que termine en la cárcel». Cuando usted comprende que es una mentira, es más difícil caer.

¿Cómo venció el Señor Jesús las tres tentaciones que el diablo le presentó en el desierto? Diciéndole: «Está escrito…». El tercer paso es: cuando usted sea tentado, necesita usar la Palabra para defenderse. La tentación viene en forma de palabras. No es suficiente decir: «¡Está amarrado!» o «no pensaré más en eso». Debe sustituir esos pensamientos, por eso necesita tener la Biblia en su mente. Léala por la mañana con la mente abierta y un corazón humilde.

Y el cuarto paso es recordar la historia bíblica de José, Génesis 39. Él tenía menos de 30 años, era hermoso y entró a trabajar en la casa de Potifar. La esposa de Potifar quiso acostarse con él, pero cuando la mujer lo agarró, José huyó de su presencia. La Biblia dice que, si algo tiene la «apariencia de mal», debemos huir. Si tiene apariencia de pecado, escape, porque no valdrá la pena pagar con su alma, con su Salvación.

Repita estas 4 estrategias. Trabaje estos puntos en su vida, de esta manera, vencerá.

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