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ABRIGO DEL ALTÍSIMO vs. DESCAMPADO DEL BAJÍSIMO

Comprenda qué es y cómo es mantenerse en el Abrigo del Altísimo, ya que, bajo su sombra, hay seguridad y felicidad, y nada fuera de él lo atrae

No sé si usted sabía que, cuando satanás decidió usar un versículo bíblico para intentar engañar al Señor Jesús (si es que esto es posible, pero, en su orgullo, lo intentó). De toda la Sagrada Escritura, eligió el salmo 91.

Es decir, satanás sabía y sabe el poder que contienen estas palabras. Pues, en la tentación del Señor Jesús, usó el salmo 91 (aunque de manera parcial, porque es un maestro distorsionando las Escrituras). Le sugirió al Señor Jesús que Se arrojara desde el pináculo del templo. Naturalmente, el Señor Jesús no cayó en la trampa de satanás. Pero, al menos, es curioso el motivo por el que usó este pasaje.

Solo el hecho de que el diablo haya recitado el salmo 91 nos muestra que no sirve de nada solo citarlo. No tiene sentido que tenga el salmo escrito en algún lugar, si no lo practica.

La primera condición que aparece en el salmo es que la persona habite en el Abrigo del Altísimo, que se sienta en casa con Dios. Hoy en día, muchas personas van a la iglesia, pero se sienten como pez fuera del agua, no están familiarizadas con la Biblia.

Para habitar, usted debe estar en comunión con su interior. Sus pensamientos deben estar con Él todo el tiempo. El Abrigo del Altísimo no es un domicilio en la Tierra, se refiere al lugar que la persona elige para vivir. Su relación con Dios es su base, su descanso. Usted habla interiormente con Dios y busca escuchar Su voz (ya sea en su automóvil o lavando la ropa). Sus labios ya no se mueven, usted está hablando con Dios en su interior.
Lo opuesto al Abrigo del Altísimo es el descampado de satanás. Dios proveyó Su abrigo para protegernos del mal que asola a este mundo. El príncipe de este mundo es satanás y, si usted es razonable, no hará de este mundo su hogar.
Este mundo es el descampado del bajísimo, donde nadie es de nadie. Entonces, si usted quiere estar seguro, debe correr al Abrigo del Altísimo y tener la alegría que tiene cuando llega a su casa después de un viaje o de un día de trabajo.

Vea el siguiente video y comprenda más sobre este asunto.

Lea también:

SUMÉRJASE CONMIGO EN EL SALMO 91

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso