thumb do blog Renato Cardoso
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ABSORBIENDO LOS DOLORES

Existen dos grupos de personas en el mundo, el de los que quieren un superhéroe que les solucione la vida y el de los que quieren ser un superhéroe para resolver todos los problemas de la humanidad. ¿En qué grupo está usted?

A los seres humanos se los puede dividir en dos grupos: un grupo que busca un superhéroe y otro que desea ser un superhéroe.

La mayoría pertenece al primer grupo. Es más fácil esperar que alguien venga a rescatarlo. El trabajo no es suyo (solo debe esperar). Pero hay personas que, por ejemplo, piensan que son las salvadoras de su familia. Hay padres y madres que sostienen a sus hijos en los brazos, y hacen por ellos lo que ellos mismos deberían hacer. En la sociedad sucede lo mismo, siempre hay quienes levantan una bandera (pero no siempre con las mejores intenciones, es decir, son personas que quieren sacar ventaja de los demás).

Muchos, en busca de ser ese superhéroe, absorben los problemas de los demás. No logro recordar alguna situación en la que haya tomado los dolores de alguien y que haya resultado bien; generalmente eso termina mal. Se puede ver en una pelea callejera. Hay personas que murieron por defender a otras que eran agredidas. No digo que no se deba defender a los indefensos, pero no siempre resulta bien meterse en los problemas de los demás. Y, normalmente, estas personas, que buscan tomar el dolor ajeno, no saben dominar sus emociones (sienten bronca, son emotivas).

«Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros Le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido», Isaías 53:4. En otras palabras, el único que logra solucionar los dolores de los seres humanos es el propio Dios. Solo Él puede absorber nuestros dolores y vencerlos. A fin de cuentas, Jesucristo venció los dolores de la cruz y la muerte porque Él es Dios. Y lo hizo porque nadie más podía hacerlo.

Si usted pertenece al grupo de los que buscan un héroe en este mundo, está perdido. No existe alguien que pueda tomar los dolores de otros, solucionarlos y mantenerse de pie. Por esta razón, usted debe mirar hacia Dios. Él lo garantiza en su Palabra. Deje de esperar y clame a Dios.

Y usted, que es un «superhéroe», debe sentirse irritado, frustrado, tomando para sí mismo los dolores de los demás. Miremos hacia quien venció. Él está sentado al lado del Padre. Confiemos en Él. No espere que alguien lo rescate y no intente ocupar el lugar de Dios. Nuestra parte es orar por la persona, darle un buen ejemplo, pero nada más que eso. Deje que Dios haga lo que Le corresponde.

Escuche el mensaje completo a través del siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso