Barbie divorciada
Un hombre estaba volviendo a su casa una noche y recordó que era el cumpleaños de su hija. No le había comprado un regalo. Cambió de ruta, se dirigió al shopping, corrió hasta la juguetería y le preguntó al gerente: «¿Cuánto está la nueva Barbie de la vidriera?»
El gerente le respondió: «¿Cuál? Tenemos ‘Barbie va al Gimnasio’ por $ 19.95… ‘Barbie va a la Fiesta’ por $ 19.95…‘Barbie va a hacer las Compras’ por $ 19.95… ‘Barbie va a la Playa’ por $ 19.95…‘Barbie va a Bailar’ por $ 19.95…y ‘Barbie Divorciada’ por $ 375.»
«¿Por qué la Barbie Divorciada cuesta $ 375, cuando las otras salen $ 19.95?» preguntó el padre, sorprendido. El gerente le respondió: «Porque la Barbie Divorciada viene con el auto de Ken, la casa de Ken, el barco de Ken, el perro de Ken, el gato de Ken y los muebles de Ken.»
Humor aparte, la realidad es que el divorcio sale caro tanto para el hombre como para la mujer. Estudios hechos en los Estados Unidos muestran que el divorcio es uno de los factores más determinantes de pobreza. Mientras el hombre tiende a sufrir pérdidas patrimoniales y a tener que pagar la pensión alimenticia, la mujer en muchos casos tiende a volverse más vulnerable económicamente por tener que hacerle frente al alquiler y a otros gastos personales y de sus hijos y no tener otras fuentes de ingresos.
Pero los divorciados no son los únicos afectados. Los hijos de padres divorciados tienen un 50% más de chances de vivir por debajo de la pobreza, según estadísticas del censo americano.
El matrimonio puede ser difícil, pero el divorcio es aún más.
A pesar de eso, los hombres continúan siendo omitidos en el matrimonio. Mientras que normalmente son las mujeres quienes piden el divorcio, los hombres dejan que suceda. La razón de eso, en parte, está en la naturaleza sosegada del hombre con respecto a los problemas del matrimonio. En vez de resolverlos o participar en la solución, el hombre tiende a dejar a la mujer hablando sola y a buscar algo más agradable – como ir al bar con sus amigos o ver la TV.
Solo que ese escape temporario podrá traerle problemas muchos peores después de que la mujer, cansada, le presente los papeles del divorcio.
Recuerdo que al comienzo de mi matrimonio, cuando Cristiane quería discutir sobre la relación, inmediatamente buscaba una forma de salir y hacer otra cosa. No resolvía nada, pensando que si ignoraba el problema, eventualmente ella desistiría. Y sé de muchos amigos que hacían lo mismo. Somos ingenuos. Aprenda una cosa: una mujer no se olvida ni desiste – solo vuelve en el próximo round más preparada.
Por lo tanto, mi amigo Ken, si usted no quiere pagar caro más tarde, pague menos ahora. Saque tiempo, oiga a su mujer y resuelvan los problemas antes de que crezcan.
Es más fácil, más simple y más barato.
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