«Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas. No seas sabio a tus ojos, teme al Señor y apártate del mal.» Proverbios 3:5-7

Estos proverbios enseñan una realidad sobre el ser humano que, lamentablemente, la mayoría no comprende: estamos limitados por nuestro propio entendimiento. Una persona puede tener un conocimiento amplio sobre un campo de entendimiento, pero hay otros campos que no conoce.

Y la Palabra nos está alertando sobre este peligro de pensar que lo que entendemos es un hecho verdadero y final. Pero somos una gotita en el océano de todo lo que existe a nuestro alrededor. Por eso, debemos tener humildad y no buscar ser sabios ante nuestros propios ojos.

Hay personas que justifican absurdos. Si se deja al ser humano a su propio entendimiento, se autodestruirá. Y es lo que está ocurriendo en el mundo: el ser humano sigue destruyendo todo y sigue diciendo que su conciencia no lo acusa. Pero la conciencia de una persona puede estar enferma.

Por lo tanto, no debemos apoyarnos en nuestro propio entendimiento. Y el consejo de Dios es que tengamos una mente abierta para reconocerlo en todos nuestros caminos. No debo vivir solo por lo que sé, debo ponerme dentro de la voluntad y sabiduría de Dios, porque Él siempre sabe lo que es bueno, perfecto y agradable para mí y para todas las personas (sin perjudicar a nadie).

Debo entender que hay Alguien más grande que yo y que me juzga, Él sabe más que yo. Es un temor hacia Dios. Tal vez, lo que pienso no es correcto. Entonces, déjeme escuchar lo que Él tiene para decir.

Puede ser que usted esté en la prisión de su propio entendimiento y piense que su verdad es «la» verdad. Esto hace que usted se convierta en su propio dios. Debe entender sus limitaciones. Tenga humildad. Así, Él podrá guiarlo y enderezar sus caminos. Experimente hacer esto.

Reflexione sobre este tema con el siguiente video.