thumb do blog Renato Cardoso
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¿Cómo librarse de las CULPAS y alcanzar el PERDÓN?

El dolor de la culpa no es para dejarlo abatido, es el impulso que necesita para reconocer, buscar ayuda y, consecuentemente, alcanzar el perdón

Juan el Bautista, el profeta conocido como el mayor de todos los hombres, fue considerado el mayor porque tenía la única y mayor misión de todas, que era preparar el camino para que el Señor Jesús llegara a la vida de las personas.

Juan hizo eso recorriendo la región del Río Jordán y predicando sobre el arrepentimiento para el perdón de pecados.

Nosotros nos familiarizamos con el sentimiento de culpa desde que somos pequeños, al esconder algo de nuestros padres, hasta hoy, al hacer algo equivocado. El sentimiento de culpa afecta a todos y es lo que señala lo correcto y lo equivocado. Incluso esas personas que dicen que no tienen la conciencia pesada y que no se arrepienten, poseen ese sentido de culpa, porque tuvieron la necesidad de sofocarlo. Las leyes naturales nos dicen lo que está bien y lo que está mal, independientemente de la cultura o la religión. Por ejemplo, todos saben que no es correcto robar, por eso, cuando una persona roba, su conciencia la acusa.

El problema es que, al hacer cosas equivocadas frecuentemente, la mente queda cauterizada. La culpa es como el dolor, que nos alerta que algo está mal con el cuerpo y es necesario resolverlo.

Hay personas que se justifican y esconden la culpa en un «cajón». Sin embargo, esas culpas no desaparecen. A lo largo de los años, la persona va perdiendo el sueño, los lazos familiares y la paz, porque la culpa queda latiendo. Luego, en la vejez, la persona empieza a sentir el peso de todos sus errores en vida.

La única solución es el reconocimiento de la culpa: «Odio lo que hice. Si tuviera la oportunidad de volver, lo haría diferente. Te imploro perdón, Dios mío». El perdón Le pertenece a Él. Cuando Le pide perdón sinceramente y acepta Su solución para sus pecados, recibe el perdón y la paz.

El segundo paso es lo que Juan el Bautista hacía: sumergía a las personas en las aguas. En el bautismo, la persona hace un pacto con Dios y con las personas a su alrededor de que vivirá algo nuevo.

De esta manera, recibiendo el perdón de sus pecados, la persona tiene paz, sus días se vuelven más felices, duerme bien y cosecha los frutos de eso.

Piense al respecto por medio del siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso