La Biblia relata que cuando los discípulos entraron a Samaria, muchos milagros comenzaron a suceder; las personas fueron curadas, los demonios fueron expulsados, las personas entregaron sus vidas a Jesús bautizándose en las aguas, Hechos 8. Y, en esta ciudad, había un brujo llamado Simón que ganaba mucho dinero engañando a las personas diciéndoles que estaba adivinando su futuro, como sucede aún hoy en muchos lugares.

Pero, cuando el evangelio comenzó a predicarse en Samaria, las personas comenzaron a seguir a los discípulos, y cuando Simón vio los milagros y a las personas bautizándose, también se bautizó.

«Y aun Simón mismo creyó; y después de bautizarse, continuó con Felipe, y estaba atónito al ver las señales y los grandes milagros que se hacían». Hechos 8:13

Sin embargo, después de un tiempo, observe lo que pasó:

«Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo». Hechos 8:18-19

Aquí, usted puede ver a un hombre apasionado por poder y riqueza. Antes de conocer el Evangelio, él dominaba a las personas con sus trucos de magia, con su engaño, con su brujería y les cobraba dinero por esto. Ahora que él, supuestamente, se convirtió, le pidió a Pedro y a Juan que también le den ese poder para que ministrara el bautismo con el Espíritu Santo en las personas, para que, de esta manera, pudiera seguir teniendo influencia sobre ellas. Es decir, incluso ahora, formando parte del grupo de cristianos, su interior no había cambiado, sus ambiciones seguían siendo las mismas.

Es lo que sucede con muchas personas que llegan a la iglesia con una ambición, con un deseo. Estas quieren conquistar algo, y piensan los siguiente: «Dios me ayudará a tener esto». Entonces se quedan en la iglesia por años, solo buscando eso. para algunos es el crecimiento económico, para otros es la bendición familiar, el matrimonio, y cuando no lo alcanzan dejan la iglesia, abandonan a Jesús y buscan en otro lugar lo que siempre quisieron. Es decir, ella nunca abandonó la ambición de su pasado, la persona nunca dejó de pensar en aquello.

Puede ser un hijo, puede ser un matrimonio, puede ser un novio, una novia, un marido, una carrera; sus sueños, sus dioses. Usted no quiere saber lo que Dios pide, lo que usted quiere saber es sobre lo que usted pide y por qué Dios no respondió su pedido.

Dios solo trabaja con la Palabra, si esta no entra en usted, Él no puede trabajar en su vida. ¡Entienda esto! Usted tiene que aceptar, creer y someterse a la Palabra de Dios.

¿Cuándo despertará? ¿Cuándo despertará y se preocupará con lo que Dios quiere de usted?

Vea esta meditación completa en el video y aprenda más sobre cómo agradar verdaderamente a Dios.