thumb do blog Renato Cardoso
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¿Cómo sé que AMO A DIOS si no SIENTO NADA?

Ya se preguntó: «¿Cómo sé que amo a Dios si no siento nada, si no Lo veo ni tampoco Lo toco?», hay una respuesta de Dios a esas preguntas

Alguien me preguntó: «¿Cómo sé que amo a Dios si no siento algo por Él?»

Gracias a Dios porque Jesús ya respondió esa pregunta: «El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ese es el que Me ama; y el que Me ama, será amado por Mi Padre, y Yo le amaré, y Me manifestaré a él», Juan 14:21.

Observe que el amor que Dios espera no tiene nada que ver con sentimientos, los sentimientos van y vienen. El Señor Jesús nos enseña a guardar el querer de quien amamos.

Si amo a Cristiane, tengo que guardar lo que ella me dice. Imagine que su esposa le pida algo y que llegue el fin del día y no haberlo hecho. Si eso sucede siempre, el mensaje que quedará es que la persona no es tan importante. Por lo tanto, amor, según Dios, es practicar Sus Palabras. Cuando mi esposa me dice algo, yo busco cumplir, y el sentimiento que sucede en consecuencia de eso es natural. ¿A quién no le gusta una persona que siempre está ahí para escuchar? Usted siente el cariño.

Cuando la persona guarda las palabras de Dios, ella tendrá ese cariño, porque Él Se volverá a ella. Dios vivirá en usted, escuchará sus pedidos. No todo, porque no todo lo que pedimos es para nuestro bien, pero Él siempre hará mejor de lo que pensamos. Y este ciclo de obediencia a las palabras es lo que genera placer de estar con Dios.

De esta manera, cuando usted ama y guarda las palabras, es natural que tenga un sentimiento. Pero no se engañe con la idea de «amor sentimiento». Muchas personas tienen problemas familiares o en el matrimonio por guiarse por los sentimientos. Muchas parejas llegan a la Terapia del Amor y comienzan a practicar las orientaciones, ese sentimiento malo contra el cónyuge comienza a desaparecer y comienzan a gustar uno del otro. La pareja va cambiando el comportamiento y el amor vuelve, porque los dos comenzaron a hacer las cosas bien. Cuando hacemos las cosas bien, nacen los sentimientos correctos. La emoción viene luego de la acción, es como la decisión de ir al gimnasio o quedarse acostado en la cama por la mañana, pero usted cosecha cosas buenas por hacer ejercicios.

La pregunta es: ¿Dios habita en usted? Si es así, es porque está practicando Sus Palabras; si es no, ¿qué le falta para practicar Sus Palabras?

Reflexiones sobre el video de arriba.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso