Si quiere vencer sus guerras, es importante que entienda que está luchando contra un enemigo que no tiene nada que perder, el diablo; y ahí es donde está el peligro.

Él ya perdió todo: el Cielo, su condición de querubín y de guardián ungido, la comunión con Dios, la esperanza de la Salvación, no hay nada que él pueda hacer para cambiar esa situación. Mientras el ser humano está vivo, puede arrepentirse y cambiar, gracias a la misericordia de Dios. El diablo tiene envidia de esto y por eso intenta llevar a la mayor cantidad de personas al lago de fuego y azufre, descrito en Apocalipsis.

El Señor Jesús debatiendo con los religiosos, dijo: «Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira», Juan 8:44. Es decir, no nos sorprendemos cuando oímos la mentira que proviene de la boca del diablo, porque él es el padre de la mentira. Él es la fuente de todo eso.

Entonces, usted se pregunta: «¿Cómo podemos vencer a un enemigo que no tiene nada que perder?». La única manera es que usted tampoco tenga nada que perder. El Señor Jesús habló sobre esto: «Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de Mí, la hallará», Mateo 16:25.

Grábese esto: cuando pierde su vida por causa de Dios no hay manera de perderla por causa del diablo.

Vea el mensaje completo en el siguiente video y medite en esto.