Estamos viviendo una época de fiestas y celebraciones, aunque muchas personas ni siquiera sepan qué están celebrando. Por eso, me gustaría hacer una advertencia a todos, independientemente, si usted participa o no en las celebraciones.

Las Sagradas Escrituras muestran que cuando nos entregamos a lo que normalmente sucede en una fiesta, nos volvemos más vulnerables, susceptibles a lo que pueda venir contra nosotros y nos quedamos indefensos.

Un ejemplo de esto fue la muerte de Juan el Bautista, que se dio a partir de una fiesta:

«Pero cuando llegó el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó ante ellos y agradó a Herodes. Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. Ella, instigada por su madre, dijo: Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus juramentos y de sus invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel». Mateo 14:6-10

Juan el Bautista había sido encarcelado porque condenó públicamente a Herodes por tomar como esposa a la mujer de su propio hermano. Entonces, durante la fiesta de su cumpleaños, Herodes se emocionó y, queriendo demostrar poder, dijo que le daría a la joven cualquier cosa que le pidiera.

Observe cómo una persona puede volverse insensata en medio de una fiesta. ¿Cuántas personas han salido de un restaurante con la tarjeta de crédito al límite porque quedaron vulnerables con el ambiente de alegría y, queriendo impresionar a los amigos, gastaron el dinero que no podían? Esto fue lo que hizo Herodes con la hija de Herodías.

En una fiesta, las personas son capaces de hacer cualquier cosa, porque están embriagadas, si no es por el alcohol, por las amistades o por las apariencias. Quieren impresionar, demostrar que pueden, que son libres.

¡Cuidado! Porque todo lo que agudiza nuestras emociones nos debilita. Lo que estimula su lado emocional, debilita su lado racional, y, cuando se da cuenta, ya hizo una tontería.

Pero Dios nos llama a la sensatez. Si usted quiere ser victorioso en la vida, debe buscar la sobriedad. Estamos viviendo tiempos difíciles y la tendencia del ser humano es extender cada vez más las fiestas, porque mientras está en la fiesta no usa la razón, y es del interés de muchos que usted no piense, que no use su razonamiento, sino que se mantenga todo el tiempo adormecido, con la mente bloqueada, gastando no solo dinero, sino también su vida en una situación de la que después se arrepentirá.

Por lo tanto, reflexione bien sobre esto. Guardemos nuestra sobriedad, nuestra razón, y pensemos. Mientras otros están festejando, aprovechemos esta época para mantener los pies en la tierra y la cabeza en su lugar, porque esto será mucho mejor para nosotros, y nuestra alegría, esa sí, será verdadera.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.