Diarrea Espiritual
No os engañéis: las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. 1 Co 15:33
Me quedo sorprendido de ver cómo muchas personas, incluyendo a las que afirman ser de la fe, participan en las malas conversaciones. Parece que no tienen sentido de lo que hace bien y lo que hace mal.
- Tienen los oídos siempre abiertos a los chismes
- Les gusta estar «informados» sobre la vida ajena
- Propagan informaciones perjudiciales o inútiles que escuchan, simplemente repitiéndolas como un loro, sin pensar
- Hacen de su oído orinal para recoger las heces verbales de un «amigo» que tiene diarrea espiritual (Detalle: no regañan, ni enseñan al amigo que está mal, sólo recogen las heces)
- Critican y juzgan a los demás sin saber el 10% de la verdadera historia
- Adoran rumores y teorías de conspiración
- Pasan una hora en el teléfono con entretenidas conversaciones inútiles acerca de otras personas, pero no oran ni siquiera por un minuto por ellas
En el inicio de mi fe, aprendí que “…De toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.” (Mateo 12:36) Desde entonces, siempre he tenido temor en mi corazón de hablar tonterías. Creo que los que verdaderamente conocen a Dios tienen esta sensibilidad.
Muchos se han corrompido, se han podrido espiritual y mentalmente, por no tener cuidado de evitar las malas conversaciones.
Mejor sería que fueran sordomudos.