thumb do blog Renato Cardoso
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DIOS BUSCA UN INTERCESOR

El intercesor es el que tiene iniciativa: en lugar de reclamar, clama a Dios. En tiempos difíciles, ¿cuál ha sido su postura? ¿Dios lo encontrará orando o quejándose?

En Isaías 59:16, la Biblia revela un aspecto sorprendente del carácter de Dios:

«Vio que no había nadie, y se asombró de que no hubiera quien intercediera. Entonces su brazo le trajo salvación, y su justicia le sostuvo».

Dios Se sorprende al no encontrar a nadie que interceda por Su pueblo. En tiempos de crisis espiritual, moral y social, Él no desiste de la humanidad. Al contrario, busca a alguien que se posicione y clame por misericordia.

En el contexto de Isaías, la nación de Israel estaba sumergida en la corrupción, la idolatría y la decadencia moral, porque el pueblo había dejado los caminos del Señor y el resultado había sido devastador: miseria, destrucción familiar, colapso económico y caos social.

Este patrón se repite hasta hoy: cuando el ser humano Le da la espalda a Dios, buscando una falsa libertad, termina siendo esclavizado por aquello de lo que intentaba escapar; y la aparente libertad se transforma en cautiverio.

Dios siempre quiere salvar, pero Él busca un intercesor

Aun delante de la rebeldía, Dios quiere restaurar, pero Él espera una señal, alguien que diga: «Señor, ten misericordia de nosotros». Un corazón arrepentido mueve el cielo. Sin embargo, muchas veces Él busca y no encuentra a nadie.

Esa es la esencia del papel del intercesor: clamar por sí mismo y por los demás, levantarse en oración aun cuando todo parece perdido.

Interceder no es quejarse ni lamentarse; interceder es orar con fe y propósito, pidiéndole a Dios que intervenga en favor de personas, familias y naciones.

Tal vez usted está sufriendo y espera un cambio, pero, en lugar de murmurar, ¿qué le parece cerrar la puerta de su cuarto, doblar sus rodillas y orar? Ore por quien no ora; pida por quien no puede pedir. Eso es intercesión.

Ejemplos bíblicos:

La Biblia está repleta de ejemplos de personas que tomaron la iniciativa:

Ana clamó en el templo aun siendo humillada y Dios no solo escuchó su oración, sino que levantó al profeta Samuel a través de ella (1 Samuel 1:9-11).

Pedro se atrevió a andar sobre las aguas cuando Jesús lo llamó (Mateo 14:25-29). Él puede haberse hundido, pero tuvo la valentía y la fe para salir de la barca.

Estas personas rompieron la pasividad, salieron de la zona de confort y fueron escuchadas por Dios.

Sea el intercesor que Dios está buscando

Dios aún busca intercesores; Él sonda los corazones buscando a alguien que se disponga a orar con fe, a clamar por su familia, por su ciudad y por su nación. Usted puede ser esa persona.

Si Dios mira su calle, su casa o su iglesia, ¿encontrará a alguien que se disponga a orar con fe o se admirará al no encontrar ningún intercesor? ¿Acaso Él lo encontrará a usted clamando, levantando su voz e intercediendo por usted y por los que no pueden interceder por sí mismos?

Escuche el mensaje completo en el siguiente video.

 

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso