EL CAMINO HACIA EL ÉXITO QUE NADIE QUIERE RECORRER
Antes de subir y tener éxito, debe descender. ¡Siga el ejemplo del Señor Jesús y lo entenderá!
Observe qué versículo interesante, que habla sobre el Señor Jesús. Usted casi no escucha hablar sobre este fragmento de la Biblia, con respecto al Señor Jesús: «Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo», Efesios 4:9-10.
El Señor Jesús tiene el nombre por sobre todos los nombres. Tal vez a usted le diagnosticaron una enfermedad extraña y le dicen: «Mira, debes aceptarlo». Sea algo común o una enfermedad extraña, tiene un nombre, pero el nombre del Señor Jesús está por encima de esa enfermedad. Quizás ha sido etiquetada como «adúltera», «traidora», «amante», le pusieron nombres, pero el nombre del Señor Jesús está por encima de todo eso.
Él está por encima de los cielos, no hay nada por encima de Su nombre. Él realmente conquistó un lugar incomparable, el más alto. Sin embargo, el texto dice que, para llegar a ese punto, debió descender a lo más bajo de la tierra. Es decir, sufrió, Se lamentó, fue perseguido, fue humillado, fue un blanco de mentiras, fue golpeado, sufrió todo tipo de injusticias y, al final, fue asesinado, crucificado. Eso era necesario para que también se superara. ¿Cómo sería el mayor si no hubiera superado las batallas más grandes?
Muchas veces, las personas no se dan cuenta de que cuando quieren ser vencedoras, en realidad, desean grandes luchas. ¿Acaso usted puede mostrarme a alguien que subió al podio sin descender a las trincheras de la preparación, de la disciplina, de la incomprensión y de los entrenamientos en soledad? No existe. Así fue con el Señor Jesús.
¿Qué significa esto? Antes de subir, usted debe descender ¿Quiere vencer? ¿Superarse? Para ganar, primero debe perder. A veces las personas dicen: «¡Qué suertudo!», porque no ven las luchas por las que pasó esa persona, hasta dónde debió descender para llegar allí.
El ser humano quiere el éxito, quiere estar en la cima, quiere ascender, pero no quiere descender. Esta es la realidad. Nadie quiere bajar la cabeza, nadie quiere someterse, nadie quiere obedecer, todos quieren mandar. ¿Cómo mandará si no sabe obedecer? ¿Cómo liderará si no sabe respetar a un líder?
Por eso, si quiere vencer, siga el ejemplo del Señor Jesús. Uno de los mejores ejemplos que Él dio al respecto fue cuando los discípulos estaban en la Santa Cena, discutiendo sobre quién sería el mayor. El Señor Jesús Se levantó, tomó una vasija con agua, comenzó a lavar los pies de ellos, y les dijo que se «lavaran» los pies unos a otros (Juan 13).
Si una persona sube sin haber descendido, explotará allí arriba, porque la presión atmosférica de la cima de la montaña no es para cualquiera.
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