«El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia del Señor.» Proverbios 18:22

Este texto está cargado de sabiduría y verdad, además, revela la manera en la que Dios trabaja para la plena realización del ser humano. Él no obliga a nadie a casarse, nunca fue una imposición, sino una coronación. La mujer sabia es la corona de su marido y el hombre bendecido es la corona de su esposa.

Coronación significa lo que consagra la vida de la persona. El que es coronado, sea un rey, un atleta en el podio, un empresario que alcanza la cima en su rubro, etc., es reconocido, alcanza la cima de su realización, lo máximo que se puede alcanzar. Es así como el Creador quería que sea el matrimonio.

El matrimonio es muy bueno, el matrimonio bendecido es como «ganar la lotería». Las chances de ganar son tan pequeñas y el que gana se siente, realmente, suertudo. Así es el matrimonio bendecido: mucho más que suerte, es la benevolencia del Señor. Solo el que tiene un matrimonio así sabe de lo que estoy hablando.

Pero el Altísimo nunca impone nada, muchas personas prefieren no casarse y Él respeta esa decisión. Después de todo, no todos están preparados para cumplir las condiciones del matrimonio consagrado. Porque usted tiene que aprender a soltar el orgullo, el egoísmo y a aprender a dar. Pero, si usted está bien solo, manténgase así. Solo recuerde que estar soltero también tiene trabajo, la soledad tiene un costo.

«El que halla esposa…»

Proverbios 18:22

Este trecho muestra que tener una esposa, un marido es una bendición en su vida y comienza con el proceso de búsqueda. No es un accidente, pero, lamentablemente, las personas no saben buscar, ni definir lo que quieren antes de buscar, ahí entran los criterios fútiles e inútiles y fracasan antes de comenzar.

Dios determina que tener un cónyuge que Le pertenece a Él, comienza con la búsqueda, que tiene que ser selectiva e inteligente. A veces, usted encontrará rápidamente, otras, tendrá que insistir más de una vez. Y el Padre se ofrece a ayudar en esa búsqueda, pero las personas insisten en buscar con los ojos, con el corazón, así como Sansón.

Si usted lee su historia en Jueces 14:1-3, observará que él se enamoró de una mujer filistea, algo que estaba prohibido. Eligió con los ojos y murió sin ojos, Jueces 16:21-30.

Lamentablemente, las personas se rehúsan a recibir la ayuda de Dios y eligen con el corazón, con los ojos y se equivocan. En lugar de alcanzar la benevolencia del Señor, alcanzan la desgracia del diablo. Pero, para el que quiere, Él ofrece dirección, sabiduría para que usted acierte en su decisión y sea feliz.

¿Usted está dispuesto a buscar Su dirección o quiere continuar siguiendo sus ojos, su corazón y la manera del mundo?