El fracaso es amigo de la indisciplina. Muchos viven de fracaso en fracaso: no logran levantarse económicamente o tener un buen hogar. Eso sucede porque esas personas han adoptado una vida sin reglas, desordenada.

Está escrito: «Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos» (Hebreos 12:6-8).

¿Por qué la corrección es una expresión de amor? Si ama a una persona que está yendo por un camino incorrecto, usted la alertará. Y, si tiene autoridad sobre esa persona, le prohibirá continuar por ese camino (como los padres les prohíben a los hijos porque los aman).

Hay personas que dicen: «No quiero que nadie me vigile ni me dé órdenes». Entonces, Dios le dice: «No quieres ser un hijo, quieres ser un bastardo. No quieres un padre. Y tu vida será mucho peor cuando necesites ayuda».

Cuando la Tierra estaba sin forma, Dios hizo la primera acción de la creación: «Haya luz». Y este es el primer paso para quien desea alcanzar el éxito: Tener su entendimiento iluminado. Cuando Dios creó el jardín del Edén, Él también le dio una regla al hombre y a la mujer: «Todo esto es de ustedes, pero no pueden tocar ese árbol». Era necesario que ellos aprendieran la disciplina. Y todo empezó a irse a pique a causa de la desobediencia humana. Así, al no respetar las reglas la persona atrae para sí el fracaso.

Cuando dos personas se casan, por ejemplo, están debajo de una regla: «Seré exclusivo para ti». Hay leyes que no necesitan estar en la Constitución, están en nuestro corazón.

Entonces, usted se pregunta: «¿Por qué mi vida no avanza?». Mi consejo es: Observe si ha desobedecido las leyes (de Dios, del sentido común, de su hogar). Usted, joven, para tener un hogar armonioso necesita tener disciplina en el hogar de sus padres.

Por lo tanto, viva especialmente en la disciplina de Dios. Con el tiempo, las semillas le traerán éxito.

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