EL HOMBRE SIN NOMBRE: APRENDA DE ÉL ESTA LECCIÓN PARA LA VIDA
Un hombre sin nombre en la Biblia, que deja una gran enseñanza en la actualidad. Apréndala y póngala en práctica
Un hombre sin nombre que puede ayudarlo a cambiar su vida rápidamente. Le hablaré sobre este hombre que está en la Biblia. Esta historia les enseñará a los que tienen la humildad para aprender. Usted que dice: «¿Por qué mi vida no cambia y me quedo dando vueltas?».
«… y he aquí, había un eunuco etíope, alto oficial de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba encargado de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar. Regresaba sentado en su carruaje, y leía al profeta Isaías». Hechos 8:27-28
Él era un hombre importante, el brazo derecho de la reina de los etíopes. Después de ir al Templo, siguió leyendo la Palabra de Dios. El leer las Escrituras muestra que no basta solo con ir a la iglesia. Si usted no está al tanto de lo que dice la Palabra de Dios, estará expuesto al engaño de las personas que se ponen entre usted y Dios. Es verdad que Él nos dejó «maestros», personas para ayudarnos, pero, como podemos ver en esta historia, el eunuco ya tenía una base cuando se encontró con el discípulo Felipe.
El etíope no entendía lo que estaba leyendo, por eso, Dios envió a Felipe para ayudarlo.
«Cuando Felipe se acercó corriendo, le oyó leer al profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes lo que lees? Y él respondió: ¿Cómo podré, a menos que alguien me guíe? E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él». Hechos 8:30-31
Entonces, Felipe le explicó sobre Isaías y le presentó al Señor Jesús.
«Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo: Mira, agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, puedes. Respondió él y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carruaje; ambos descendieron al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó». Hechos 8:36-38
Observe que no hubo un «curso preparatorio» para que el eunuco se bautizara, él no esperó llegar a Etiopía o a su casa para pensar si se bautizaría, hubo una entrega inmediata. Él no se quedó analizando la información: «Gracias, Felipe, pensaré sobre este tema en casa», al contrario, cuando vio el agua, el mismo decidió bautizarse.
¡Cuántas verdades encontramos en la historia de este hombre! Él fue a Jerusalén, adoró a Dios, pero volvió sin conocerlo. Cuando el eunuco buscó en las Escrituras y recibió a una persona enviada por Dios, creyó y su cambio fue rápido.
Aprenda del etíope, él creyó: «¿Debo bautizarme? Mira el agua, detén el carruaje aquí, porque me bautizaré». No era casualidad que él fuera un hombre de confianza de la reina, porque era un hombre decidido. Si servía así a la reina de Etiopía, ¿cómo no serviría aún más al Rey de reyes?
¿Actuamos? Piense al respecto por medio del siguiente video.