La historia del Evangelio tomó un rumbo muy diferente después de los dos episodios que ocurrieron en el libro de Hechos. El primero fue la conversión de Pablo, en el capítulo 9. El segundo fue cuando Pedro visitó la casa del centurión Cornelio, en el capítulo 10.

Las personas de la casa de Cornelio estaban escuchando a ese joven judío, que habló de todo lo que los discípulos compartieron con el Señor Jesús. Y concluyó: «Y nos mandó predicar al pueblo, y testificar con toda solemnidad que este Jesús es el que Dios ha designado como Juez de los vivos y de los muertos», Hechos 10:42.

Observe que Jesús les ordenó a Sus discípulos que testificaran que Él era el «Juez de los vivos y de los muertos». Si las personas creen en la Biblia o no, deben decidirse. Cuando usted recibe esta información, o cree que Él es el «Juez de los vivos y de los muertos», o no cree. Y esta decisión impactará en su vida, porque, si eso es verdad, su creencia no cambiará ese hecho. Si mi camisa es negra, no se volverá de otro color según lo que yo crea. Es un hecho. Y este es el riesgo que las personas corren: perder mucho si están equivocadas. Sin embargo, si Jesús está en lo correcto, usted ganará el perdón de sus pecados por Su Nombre. Si cree que Él tiene poder para juzgar y perdonar, ganará el Cielo.

Aunque usted diga: «No haré nada con esta información», esto ya es una decisión (que no es inteligente ni responsable). Se trata de algo sobre la muerte. Dios puso en nuestro interior la creencia de que hay algo más allá de este mundo. Si tiene juicio, usted mínimamente buscará saber quién es Jesús, qué vino a hacer aquí, por qué lo hizo y qué tiene que ver eso con usted. Porque los hechos lo muestran, hay documentos y testigos (que pagaron con su propia vida por lo que vieron y vivieron). Es irresponsabilidad con usted mismo no buscar saberlo.

Un día, ¿usted aparecerá como culpable, reo, sin el Abogado o la justificación, o aparecerá delante de Él con su fe, que le garantizó el perdón de sus pecados por Su nombre? El propio Juez tiene poder para perdonar a los que creen en Él. No es solo decir: «Yo creo en Jesús», porque el diablo también cree en Él, es necesario vivir en la práctica de lo que Él enseña.

Ese momento de Pedro cambió todo, porque Cornelio no era judío y su conversión divulgó la conversión más allá de las fronteras de Israel. Hoy el Evangelio les llegó a todos: a Europa, a África, a Asia y a todos los demás.

¿Cómo quiere encontrarse con el Señor Jesús? ¿Cómo un reo o cómo alguien que fue perdonado por Él? Tenga una vida en la que usted crea en Él de verdad (con actitudes y acciones).
Si yo estoy equivocado, usted no perderá. Pero, si yo estoy en lo correcto, usted perderá todo (incluso la Vida Eterna con Dios). Entonces, no juegue con esto.

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