EL PODER de la DETERMINACIÓN para su VIDA
Utilice la determinación a su favor y cambie el rumbo de su vida
Hay una lección importante para usted, que desea aprender a dominarse. No solo para vencer los malos pensamientos, sino para ser líder de sí mismo. Aunque Dios sea el Señor de su vida, usted necesita decirse a sí mismo: «Obedece a Dios». Si no nos decimos esto, no Lo obedeceremos, porque Él no nos obliga.
Hubo un período en la Iglesia Primitiva, entre los primeros discípulos, en el que surgió una profecía que decía que habría una hambruna en todo el mundo.
«Por aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que ciertamente habría una gran hambre en toda la tierra. Y esto ocurrió durante el reinado de Claudio», Hechos 11:27-28.
Cabe destacar que esta «profecía» no es lo que vemos hoy en día, donde «profetas» y «profetisas» dicen cosas como: «El Señor me dijo que te casarás con Fulano», «No debes hacer esto» o «No debes trabajar en aquello». Las profecías, normalmente, hablan de un grupo de personas, algo para un pueblo común, no es algo personalizado sobre un capricho de la vida de alguien o sobre la comodidad material.
Esta profecía, de Hechos, tenía como objetivo preparar a la Iglesia. Era para que la comunidad cristiana se organizara contra la hambruna que vendría en ese tiempo.
Lo que llama la atención en este pasaje no es solo la generosidad de los cristianos, que se ayudaron unos a otros, sino que hubo una «determinación».
«Los discípulos, conforme a lo que cada uno tenía, determinaron enviar una contribución para el socorro de los hermanos que habitaban en Judea», Hechos 11:29.
Ellos determinaron que cada uno enviara su ayuda. «¿Qué puedes enviar?». El pueblo recibió una orden: «Todo el mundo debe ayudar como pueda».
La lección de esto es el poder de la determinación. Para enfrentar problemas en su vida, usted debe determinar algo para sí mismo. Por ejemplo: «Determino que no lloraré más por esta persona». Debe determinar el fin de un pecado, de un mal hábito. Hay situaciones en las que debe determinar lo que quiere y lo que no quiere para su vida.
«Ha jurado el Señor de los ejércitos, diciendo: Ciertamente, tal como lo había pensado, así ha sucedido; tal como lo había planeado, así se cumplirá…», Isaías 14:24.
Hay muchas cosas que usted debe determinar para sí. No se apoye en la excusa: «Es mi forma de ser». Es ser el jefe de sí mismo, sin opción. La única opción que tiene es obedecer. Así, verá el cambio en su vida.
La Iglesia Primitiva determinó. A veces, tenemos que ponernos una «ley» a nosotros mismos, porque nuestra naturaleza humana tiende a hacer solo lo que siente.
Pregúntese: «¿Qué debo determinar en mi vida para cambiar a partir de hoy?».
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