thumb do blog Renato Cardoso
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EL TIEMPO DE LA PROMESA: LO QUE NECESITA SABER

No deje que la ansiedad y la prisa por alcanzar resultados arruine la promesa que Dios preparó para usted. ¡Confíe!

La Biblia dice que hay un tiempo para que la promesa se cumpla. Observe: «Pero a medida que se acercaba el tiempo de la promesa que Dios había confirmado a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto…», Hechos 7:17.

Dios le hizo la promesa a Abraham de que su descendencia se multiplicaría y que tomaría posesión de Canaán. Sin embargo, él no tomó posesión de ninguna tierra ni del tamaño de un pie, dice la Palabra. Dios no habló con Abraham, porque esta promesa era para su descendencia y él sabía que había un tiempo para que se cumpla.

No obstante, Abraham también es un ejemplo de precipitación, porque cuando tardó el cumplimiento de la promesa del hijo, su esposa Sara, perdió la esperanza y lo persuadió a que se acostara con la esclava egipcia llamada Agar. Y desde ahí se generó una descendencia paralela con la descendencia de Isaac. Los conflictos de hoy, en Oriente Medio, comenzaron con la ansiedad de Abraham. Conozca las consecuencias.

En la actualidad, con la ansiedad, ¿quién desea esperar que algo se cumpla? La persona no logra esperar, quiere todo rápido y de inmediato. Cuando la persona no logra esperar, ¿normalmente qué sucede? La persona se salta la etapa del noviazgo, compromiso y pasa a la relación sexual. La persona dice: «No sabía que él era así», pero fue usted el que se saltó las etapas de la relación, ¿verdad? La persona se equivoca cuando quiere que las cosas sucedan de inmediato, hace las cosas mal y busca atajos.

La persona quiere comprar algo que no puede pagar ahora. No quiere guardar dinero, quiere pagar en sesenta cómodas cuotas. El brasileño es uno de los pocos pueblos en el mundo que tiene el hábito de pagar en cuotas. Por eso hay tantas personas endeudadas, esclavas de la tarjeta de crédito, ¿por qué no economiza? Espere un poco y no sea esclavo de los impuestos.

Muchos pierden el trabajo por frustrarse con el jefe o con alguna situación en el trabajo y son despedidos. La persona no tiene la paciencia de esperar el tiempo de trabajo o la justicia de Dios, quiere hacer justicia con las propias manos. ¿Cuántas no son las personas que están presas, porque quisieron hacer justicia? Los más grandes tienen una sabiduría que los jóvenes no la aprovechan. Mi abuela decía: «El apurado come crudo», la persona no logra esperar, es decir, cocinar.

¿Cómo vencer esta ansiedad, este tiempo de espera? Jesús nos dio el siguiente consejo: «Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?”. Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas», Mateo 6:31-35.

En lugar de buscar el momento en el que va a suceder, tiene que buscar el Reino de Dios. Es decir, buscar el «Gobierno» de Dios sobre su vida. «Dios mío, no me quiero comparar. No quiero saber si el otro está prosperando, si la otra se casó. No quiero ser guiado por las presiones de alguien o de las redes sociales. Quiero lo que es justo delante de Ti», y cuando menos lo espere, Él añadirá lo que necesita, en el momento que lo necesita. El tiempo es de Dios y Él sabe lo que es mejor.

Piense al respecto y medite en este mensaje.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso