«Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.»

Eclesiastés 9:10

Pocas cosas en la vida resisten al trabajo duro e inteligente que la mayoría no quiere hacer. Poner fuerza en lo que se hace significa no hacerlo de cualquier manera.

Pero, lamentablemente, muchas personas aprendieron, durante la vida, a hacer lo mínimo indispensable. Hacen lo mínimo en el matrimonio, lo mínimo para que los padres no se quejen, lo mínimo para que el jefe no se queje; hacen lo mínimo de lo mínimo, no como enseña la Palabra de Dios.

Lo mismo sucede con respecto a la Salvación. El Señor Jesús dijo que el que quiera entrar al Reino de los Cielos debe tomarlo con fuerza, es decir, solo entran los que se esfuerzan. Entonces, si una persona está acostumbrada a no esforzarse en las cosas pequeñas de la vida, ¿cómo va a esforzarse por algo más grande, que es la Salvación, la entrada al Reino de los Cielos? Esa manera de pensar es la receta para el infierno aquí en la tierra, y para después de esta tierra también.

Si quiere tener éxito en esta vida y en la otra, debe aprender a hacer las cosas con todas sus fuerzas, elija no hacerlo antes que hacerlo de cualquier manera. Así debe ser nuestra forma de vivir.