Esto ya está ESCRITO en su CORAZÓN
Atributos de Dios que ya nacen escritos en su corazón. Descubra cuáles son y póngalos en práctica hoy mismo
Existen ciertas leyes que están por encima de cualquier ley que exista en este mundo. El ser humano las lleva escritas en el corazón desde que nace.
Ese sentido de lo correcto e incorrecto que llevamos dentro proviene del propio Dios, son las leyes naturales escritas en nuestro corazón, en nuestra conciencia.
Usted sabe que robar está mal, no porque lo diga la ley, sino porque hemos heredado de Dios ese entendimiento. Fuimos creados a Su imagen y semejanza, así que en nuestro interior existe esta mínima noción de lo que es correcto o incorrecto.
El diablo trabaja para borrar de la conciencia humana cualquier noción de lo correcto o incorrecto, porque quiere que las personas pierdan la imagen y semejanza de Dios.
«Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades…» (Lamentaciones 3:22).
Uno de los principales atributos de Dios es la misericordia. Dios es misericordioso y Él nos dice que debemos aprender qué es esa misericordia.
Al reprender a los religiosos, Jesús dijo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y estas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquellas» (Mateo 23:23).
La justicia, la misericordia y la fe son el trípode que sustenta la ley.
La justicia es vivir en rectitud, tanto ante los hombres como ante Dios. En lo que dependa de nosotros, no debemos ser injustos con nadie, pero la justicia no es en sí cien por ciento perfecta, porque a veces es ciega y, debido a eso, para contrarrestar el exceso, Dios también exigió que practiquemos la misericordia. La misericordia es el contrapeso de la justicia.
La ley dice que A es A, hierro es hierro, fuego es fuego, pero la misericordia es la opción de pasar por alto, de perdonar un error, cuando está en su poder hacerlo, como Dios lo hizo y lo hace con todos nosotros.
¿Quiénes éramos nosotros para recibir algo de Dios? Como está escrito en el versículo citado anteriormente: por Sus misericordias no hemos sido consumidos… Porque, si dependiera de nuestros méritos, ¿cuántas veces hemos decepcionado a Dios? Si Él nos tratara solo con justicia, debería caer un rayo sobre nuestras cabezas. Creemos que estamos en lo correcto en algunas cosas, pero, en comparación con la justicia de Dios, nuestra justicia es insignificante.
Dios tiene un punto débil ante una persona sinceramente arrepentida. Por más que haya cometido errores, Dios siente cuando es sincera y pide misericordia.
Dios es esa casa de misericordia, pero, naturalmente, es necesario que exista un deseo sincero de cambiar, porque quien juega con Dios, quien peca intencionalmente contando con que tendrá Su misericordia más adelante, podría encontrarse con un «es demasiado tarde».
Vea el mensaje completo en el siguiente video.