thumb do blog Renato Cardoso
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HIJOS DE DIOS VS. HIJOS DEL DIABLO

Al observar la historia del pueblo de Israel, cuando Dios descendió en el Sinaí, Él llamó a Moisés y dijo: «Irás a Egipto para liberar a Mi pueblo de la esclavitud, porque he escuchado su gemido y escuché su clamor y recordé la alianza que hice con él».

Entonces, Moisés sacó al pueblo de Egipto con mano fuerte. Dios usó su mano fuerte para sacar al pueblo del poder de Faraón, llevó al pueblo por el desierto, cruzó el Mar Rojo y llegó al Monte Sinaí. Allí, renovó su alianza con Él, es decir, Se casó con el pueblo, hizo una alianza con el pueblo. También le dio las tablas de los mandamientos, es decir, los términos de esta alianza. Y le pidió a Moisés que construyera un tabernáculo.

¿Dónde estaba el tabernáculo?

En el centro del campamento del pueblo de Israel, de las 12 tribus de Israel, para que Dios estuviera cerca, en medio de Su pueblo. Dios nunca quiso estar lejos, nunca quiso estar separado de las personas.

Por eso, a través del tabernáculo y, más adelante, a través del Templo que estaba en Jerusalén, que estaba en medio de Israel, le decía al pueblo: «Quiero estar en medio de ustedes, quiero estar con ustedes».

Dios nunca quiso estar distante, ¡lejos de nosotros!

Usted puede observar que de parte de Dios nunca hubo ningún deseo, ninguna intención de estar lejos del ser humano, al contrario, cuando una persona dice: «Dios Se olvidó de mí», cuando dice: «Parece que Dios está lejos», esta es la más alta expresión de la ignorancia de que Dios es el que hace, porque el que está lejos de Él es ella. Él no Se impone sobre las personas, pero, si eligen vivir la vida a su manera, generan una separación entre ellas mismas y Dios.

Podemos resumir la historia de la humanidad de la siguiente manera: Dios creó al hombre para vivir con Él, el hombre huyó y Le dio la espalda, y Dios, desde entonces, corre detrás del hombre para intentar rescatarlo.

Algunos vuelven a Dios, Lo conocen, pero la mayoría siguen como hijos pródigos, que desperdician la oportunidad que el Padre les da.

¿Quién es hijo de Dios y quién es hijo del diablo?

El hijo de Dios no vive en el pecado, porque él es nacido de Dios y la semilla de su Padre está en él. Por otro lado, en el corazón del hijo no hay deseo de vivir en el pecado, él es humano y tiene inclinaciones, pero su deseo es agradar a su Padre.

Al contrario del hijo del diablo: él peca y aún justifica su pecado diciendo que hizo y lo haría de nuevo, justifica sus pecados y no se arrepiente.

El hijo de Dios es nacido de Dios y tiene el carácter de Dios, la índole de Dios. Dios no habita donde hay pecado, porque Él es santo. Para que el Espíritu Santo habite en su interior, usted tiene que ser santo, tiene que estar separado del pecado.

Escuche el mensaje completo y sepa cómo volverse un hijo de Dios.