LA BIBLIA Y LOS SUEÑOS: SIGNIFICADO E INTERPRETACIÓN
¿Ya ha tenido ese sueño loco del que no entiende nada o ese que parece tener mucho sentido? Sepa el significado de la Biblia y de los sueños en su vida.
El sueño es un tema polémico, discutible y difícil de comprender. Sobre esto, siempre habrá alguien que diga que Dios habló a través de los sueños en el pasado. Por ejemplo, José y Daniel interpretaron sueños.
Pero entendamos lo que dice la Palabra de Dios al respecto, porque es la que debe ser nuestra autoridad suprema y final sobre este y cualquier otro tema.
El problema es que lo que dice la Biblia, para algunas personas no es suficiente, porque necesitan creer en algo más. Las personas no quieren pensar o razonar, entonces es más fácil leer un horóscopo o tener a un «profeta» que les diga lo que deben hacer.
En el caso de los sueños, la ciencia dirá que el cerebro organiza, cuando dormimos, todos los recuerdos, las informaciones, los sentimientos, las preocupaciones que vivimos. Es como en la limpieza, que primero deja la casa patas para arriba, pero después limpia y ordena todo. Más o menos eso es lo que sucede durante el sueño. Es nuestro sistema de reparación de la salud física y emocional.
La propia Biblia dice:
«Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.» Eclesiastés 5:3
Entonces, es natural que cuando estamos tensos o preocupados con algo soñemos con esa situación. Así que, no le atribuya un significado a eso, porque es parte de la naturaleza humana.
«Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…» Hebreos 1:1-2
Aquí, el autor de Hebreos reconoce que en el pasado Dios habló de muchas maneras: a través de los sueños, literalmente desde el Cielo, las visiones y los profetas. Dios escogió esa manera, porque la Biblia no estaba escrita.
En el caso del Faraón, Dios lo perturbó con el sueño de las vacas gordas y flacas y habló con él a través de José. En esa época, la Biblia no existía y aunque existiera ¿el Faraón la leería? Lo mismo sucedió cuando Daniel, en Babilonia, interpretó el sueño del rey. Fueron situaciones puntuales, específicas en las que habló a través de los sueños.
Pero, hoy tenemos la Biblia, el nombre del Señor Jesús para orar y pedirle cualquier cosa y al Espíritu Santo para que nos guie. Después de esto ¿usted necesita un sueño? Es muy claro que Dios cambió la manera de hablar y el que va más allá de esto se arriesga a caer en el error, a caer en falsas doctrinas, falsos profetas.
No se preocupe si tuvo un sueño malo o bueno. En realidad, lo que importa, son los sueños que tenemos despiertos, porque en ellos planificamos, usamos nuestra fe. No digo que Él, en Su soberanía, no pueda usar un sueño, Él puede hacer cualquier cosa, pero ha dicho todo a través de Su Palabra, de Su Hijo y del Espíritu Santo. El que tenga oídos para oír, oiga.