El Espíritu Santo condujo a Jesús al desierto para ser tentado por el diablo con el fin de dejarnos un ejemplo de cómo vencer las tentaciones, y no solo eso, en los 40 días que pasó en el desierto Se venció a Sí mismo, venció Su hambre, Su apetito, solo con la Palabra.

Jesús no tuvo que tomar la Biblia porque la Palabra estaba en Su mente y estaba delante de Él en todo momento, por eso venció al diablo.

Jesús nos dejó el ejemplo perfecto de cómo vencer las tentaciones que llegan a nosotros. ¿Cuántas veces somos tentados? ¿Cómo resistirá las tentaciones de ganar dinero ilegalmente? ¿Cómo resistirá las tentaciones que le ofrecen y que lo sacarán de la Presencia de Dios? Solo hay una manera: con el «está escrito».

Los desafíos están delante de Él. Jesús sabía que comenzaría Su ministerio. Hasta Su bautismo en el Jordán no había predicado, no había curado a nadie, no había hecho nada aún. Él sabía que sería perseguido, que tres años después estaría en la cruz, Él sabía todo eso. ¿Cómo enfrentaría la traición de uno de Sus amigos íntimos, como Judas? ¿Cómo soportaría la persecución religiosa que sufrió? ¿Cómo soportaría todo eso? Solamente con la Palabra.

«Lámpara es a mis pies Tu Palabra, y luz para mi camino». Salmos 119:105

La Palabra ilumina por donde pisamos, por donde caminamos; la Palabra de Dios nos da paz, así dice en Salmos 119: 165: «Mucha paz tienen los que aman Tu ley, y nada los hace tropezar».

En un mundo de guerras, los que aman la ley de Dios tienen mucha paz y no hay nada que los haga tropezar. Si pone y ama esta Palabra por encima de todo, lo guardará y le dará mucha paz, no tropezará en nada de lo que se le presente.

Mire el mensaje completo en el video y piense al respecto.

Mire también: LA TENTACIÓN DE JESÚS | PARTE 1: LA DUDA