De vez en cuando, usted verá que los comediantes tocan temas que causan polémica. Ellos dicen algo sobre un grupo, por ejemplo, que se levanta contra ellos. Pero los comediantes aprenden en la profesión que «nada es sagrado».

De forma general, el mundo intenta cada vez más retirar lo sagrado de la mente y de la vida de las personas. Cuando usted medita sobre esto, se da cuenta de que este movimiento empezó con Lucifer, al tener una mirada diferente con respecto al Trono de Dios, algo que él quería poseer. Su argumento era: «Si Él puede, ¿por qué yo no puedo?». Y así él logró convencer a la tercera parte de los ángeles a revelarse en el Cielo.

Satanás se dedicó a distorsionar las cosas que Dios declaró como sagradas. Por ejemplo: «Dios es sagrado», y el diablo dice: «Dios no existe, y si Él existe es un monstruo»; «El matrimonio es sagrado», y él surge con: «Es algo retrógrado, hecho para reprimir a la mujer»; «La Biblia es sagrada», y él aparece con lo contrario: «No pasa nada, es un libro escrito por hombres». Si por un lado Dios designó cosas sagradas, por otro, hay movimientos para contraponer lo sagrado.

Sin embargo, está escrito: «Enseñarán a Mi pueblo a discernir entre lo sagrado y lo profano, y harán que ellos sepan distinguir entre lo inmundo y lo limpio» (Ezequiel 44:23). En otras palabras, Dios anhela que le enseñen a Su pueblo a diferenciar lo que es santo de lo que no lo es. Porque, cuando entendemos y respetamos lo que es sagrado, interactuamos de manera física con el propio Dios.

Por ejemplo, recuerdo que mi madre nos compraba un potecito de yogurt a cada uno de nosotros. Nos reunía en la cocina y nos decía: «Este de aquí es de su padre». Sabíamos que sería una gran falta de respeto tocar ese frasquito que era de nuestro padre y, por eso, aprendimos a respetarlo. Lo mismo sucede con Dios; cuando usted respeta lo sagrado, Le demuestra temor.

¿Cómo sería el mundo si nada fuera sagrado? Le garantizo que no sería como el mundo «chistoso» de los comediantes. Sería un caos total, como el infierno. Y parece que muchos quieren ir allí, porque aquí, en la vida, se rehúsan a respetar lo sagrado.

Estoy haciendo lo que Dios espera de mí: Enseñarles a todos cómo distinguir entre lo santo y lo profano. Aprenda el que tiene buen juicio.

Vea el siguiente video y medite en el mensaje completo.